
El municipio de Yapacaní sufre pérdidas millonarias tras el desborde de los ríos Yapacaní e Ichilo, que dejaron bajo el agua amplias zonas productivas y obligaron a las autoridades a activar el procedimiento para la declaratoria de desastre. La crecida sorprendió a comunidades enteras y afectó a unas 800 familias, según el director de Desarrollo Productivo, Freddy Silva. Los daños en cultivos ya superan las 3.000 hectáreas.
Los reportes municipales detallan que sembradíos de soya, arroz, cítricos, yuca, plátano, piña y papaya quedaron anegados o se dan por perdidos. La inundación alcanzó incluso maquinaria agrícola como tractores, cosechadoras y otros equipos que quedaron atrapados en el lodo en plena época de cosecha de soya.
En el sector pecuario, productores informaron sobre la pérdida de animales, desde terneros y chanchos hasta peces arrastrados por el agua. Las zonas de Puerto Grether y el Norte Integrado figuran entre las más golpeadas.
Mientras el nivel del agua sigue subiendo, equipos municipales y voluntarios intentan llegar por los pocos accesos disponibles para entregar alimentos, medicamentos y evacuar a las familias aisladas.
En algunos tramos, el lodo volvió intransitables los caminos y complicó también el ingreso por vía fluvial. Productores consultados por medios locales compararon lo ocurrido con una riada registrada hace dos décadas y señalaron que las labores se concentran en rescate y asistencia inmediata, por lo que aún no existe una cifra oficial del monto total de las pérdidas.
El alcalde Juan Carlos Valles explicó que hay sectores, especialmente en Faja Norte, donde el ingreso es imposible debido al incremento del caudal de los ríos. Desde esa zona se reportan daños en cultivos de yuca, banano y soya, además del avance del desborde hacia Cascabel.
Valles agregó que el municipio solicitó apoyo al Gobierno nacional y a Defensa Civil para reforzar las brigadas que atienden la emergencia, mientras la inundación continúa extendiéndose sobre las comunidades afectadas.