
Un joven menonita de 28 años fue rescatado de su comunidad, en la colonia Norte cerca de Cuatro Cañadas, luego de que sus vecinos denunciaran que estaba maniatado, encerrado y sin permiso para recibir atención médica pese a sus graves heridas. La víctima, que tiene dificultades para hablar, fue entregada a las autoridades tras la alerta de otros pobladores que pidieron la intervención de la fiscal Delmy Guzmán.
Según los primeros testimonios, el joven habría sido castigado por desobedecer una orden interna de asistir a la iglesia. Un vecino relató que le colocaron cinta de embalaje en la boca, le amarraron las manos y los pies, y lo golpearon desde la tarde hasta la madrugada.
Incluso mencionó que intentaron maniatarlo para ocultar los moretones. La Fiscalía investiga los delitos de asociación delictuosa, lesiones graves y portación ilegal de armas de fuego.
Un representante de Derechos Humanos confirmó que el joven fue flagelado por negarse a asistir a la iglesia y remarcó que no es el primer caso registrado en la zona, por lo que pedirán apoyo al Gobierno para evitar estos castigos dentro de las comunidades.
La Policía aprehendió a dos ciudadanos menonitas acusados de ordenar la agresión. Sin embargo, la defensa sostiene que ambos son inocentes y que se trata de un “mal accionar policial”. Afirman que estas prácticas no son comunes y que se está involucrando a personas que no participaron del hecho.
En el juzgado, varios miembros de la comunidad asistieron a la audiencia, pero se negaron a dar declaraciones pese a hablar castellano. Solo comentaron, de manera breve, que sabían por qué había sido castigado, aunque rechazaron profundizar en el tema.
Un juez decidió enviar a uno de los acusados con detención preventiva por 180 días en el penal de Palmasola.