Dolor en el fútbol argentino. Miguel Ángel Russo, histórico entrenador de Boca Juniors y figura entrañable del deporte, falleció este miércoles por la tarde tras una larga lucha contra el cáncer. Estaba rodeado de su familia y amigos. Su despedida se lleva a cabo en la Bombonera, donde miles de hinchas, dirigentes, futbolistas y referentes del fútbol se acercan para rendirle un último y sentido adiós.
La jornada está marcada por la tristeza, pero también por la admiración y el respeto hacia un hombre que dejó una huella imborrable. En las tribunas del estadio, las emociones se mezclan: lágrimas, aplausos y cánticos de agradecimiento. “Lo que hiciste por Boca no se olvida en la vida”, corean los hinchas al último técnico campeón de la Copa Libertadores con el club.
El impacto por la muerte de Russo traspasó fronteras. Diversos clubes del mundo, incluso aquellos en los que nunca dirigió, expresaron su pesar por el fallecimiento de un técnico admirado por su trayectoria y su calidad humana. Uno de los mensajes más destacados fue el del Real Madrid, que publicó un comunicado oficial:
“El Real Madrid C. F., su presidente y su Junta Directiva lamentan profundamente el fallecimiento de Miguel Ángel Russo, entrenador de Boca Juniors. El Real Madrid quiere expresar sus condolencias y su cariño a sus familiares, a sus compañeros, a Boca Juniors y a sus aficionados, a todos los clubes de los que formó parte y a todos sus seres queridos”, expresó la institución española.
También la FIFA, a través de su presidente Gianni Infantino, dedicó unas palabras al entrenador: “Un hombre de fútbol que dio todo por el deporte que tanto amó. Más allá de todos sus títulos, nos quedan su impresionante fortaleza y espíritu de lucha”.
El plantel de Boca, tras pasar por el predio de Ezeiza, se trasladó completo a la Bombonera para acompañar a la familia de Russo en el velatorio. Entre los presentes se encuentran miembros del cuerpo técnico, dirigentes, empleados del club y el entrenador de la Reserva, Mariano Herrón.
Miguel Ángel Russo se despide así, en su casa futbolística, rodeado de su gente y del cariño eterno de un pueblo que lo recordará siempre como un símbolo de trabajo, humildad y pasión por el fútbol.
