
Novak Djokovic sigue ampliando los límites de la longevidad en el tenis profesional. A sus 38 años, el serbio se convirtió en el cuartofinalista y semifinalista más veterano en la historia de los torneos Masters 1000. Una marca más para quien ya ostenta el título simbólico de GOAT, el más grande de todos los tiempos.
Sin la presencia de Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, el serbio acapara todo el protagonismo en Shanghái, donde es un auténtico ídolo. Ningún otro jugador ha ganado más veces este torneo que él —cuatro títulos—, y ahora busca el quinto, decidido a volver a reinar en suelo chino.
Pese al sofocante calor y la humedad que lo han acompañado durante la semana, Djokovic ha vuelto a demostrar que su gen competitivo puede más que cualquier adversidad. Sin rivales de peso en su camino, el número 5 del mundo se aferra a la posibilidad de un nuevo trofeo. Este jueves venció al belga Zizou Bergs (nº 35) por 6-3 y 7-5 en una hora y 50 minutos, un triunfo que lo llevó a las semifinales de un torneo que conoce como pocos.
En esa instancia se enfrentará a una de las grandes sorpresas del campeonato, el monegasco Valentin Vacherot (nº 204), quien a sus 26 años vive un sueño tras superar la fase previa y eliminar al danés Holger Rune por 2-6, 7-6 (4) y 6-4. El resto de los cuartos se completará con los duelos Medvedev-De Miñaur y Rinderknech-Auguer-Aliassime, de donde saldrán los posibles finalistas del otro sector del cuadro.
Djokovic tuvo que batallar hasta el final para cerrar su clasificación: perdió su saque con 5-4 a favor y necesitó tres bolas de partido para sellar la victoria. Con este triunfo, el serbio se mantiene en la senda de su título número 101 —tras alcanzar la centena en Ginebra antes de Roland Garros— y apunta a romper el empate con Roger Federer en coronas sobre pista dura. Disputará su 80ª semifinal de Masters 1000, la número 198 de su carrera, y la décima en Shanghái.