
El Real Madrid logró un trabajado triunfo por 3-1 sobre el Villarreal, en un partido que se resolvió gracias al desequilibrio de Vinícius Júnior, figura absoluta del encuentro. El brasileño abrió el marcador con fortuna, provocó un penalti (muy discutido) que él mismo convirtió y forzó la expulsión de Mouriño. Su actuación devolvió al Madrid del liderazgo provisional de LaLiga, con 21 puntos, dos más que el Barcelona.
El encuentro fue más complejo de lo esperado para los de Xabi Alonso, que apostó por Valverde como lateral derecho y dio continuidad a Arda Güler, Ceballos y Mastantuono. Enfrente, Marcelino reservó a varios titulares y confió en su fondo de armario, con Pépé, Mikautadze y Solomon como revulsivos. El Madrid dominó el inicio, aunque sin claridad. Tuvo tres ocasiones claras: un disparo de Mbappé atajado por Arnau Tenas, un cabezazo de Tchouaméni que rozó el palo y un remate de Mastantuono que salvó Renato Veiga sobre la línea. Pero antes del descanso, Oluwaseyi obligó a Courtois a una parada milagrosa que mantuvo el 0-0.
El partido cambió tras el descanso. Vinícius, incisivo y valiente, encaró desde la izquierda y su remate desviado por Comesaña descolocó al arquero para el 1-0. El Madrid, sin embargo, no supo controlar el ritmo y el Villarreal creció. Mikautadze y Pépé aprovecharon pérdidas en salida de balón y rozaron el empate. Alonso reaccionó con los ingresos de Bellingham y Camavinga, buscando más equilibrio.
El duelo se decidió en una acción polémica: Vinícius cayó ante Rafa Marín y el árbitro pitó penalti. El brasileño lo ejecutó con fuerza al centro y marcó el 2-0. Aun con un hombre menos por la expulsión de Mouriño, el Villarreal recortó con un golazo de Mikautadze al palo, pero Mbappé sentenció tras una recuperación de Bellingham y asistencia de Brahim Díaz.
El Real Madrid sufrió, pero respondió tras el derbi y se mantiene en la cima antes del parón internacional. Vinícius, decisivo de principio a fin, firmó su mejor actuación de la temporada.