
Tras dos semanas de clases a distancia en la ciudad de Santa Cruz por el brote de sarampión, los estudiantes regresaron este viernes a las aulas, esta vez con una condición clara: el uso obligatorio de barbijo.
En el colegio Mariscal Sucre, por ejemplo, la rutina cambió. Antes de cruzar la puerta, los niños debían desinfectarse las manos y ser recibidos por personal quienes revisaban a cada uno de los menores.
En el colegio Bellas Artes, una brigada médica del municipio recibió a los escolares.
“Queremos evitar que el regreso sea un detonante para más contagios”, explicó Michael Méndez, secretario de Salud municipal, mientras confirmaba que brigadas recorrerán las unidades educativas la próxima semana para reforzar la inmunización.
Agregó que estas brigadas estarán presentes la próxima semana para asistir a las unidades educativas y revisar el esquema de vacunación de los alumnos. El viceministro de Vigilancia Epidemiológica, Max Enríquez, fue categórico: si se detecta un solo caso positivo de sarampión en una unidad educativa, el establecimiento cerrará de inmediato y las clases continuarán a distancia.
“Es la única forma de cortar la cadena de contagios”, sostuvo, aunque reconoció que no todos los padres estarán de acuerdo.
Jaime Bilbao, director del Sedes, informó que actualmente hay 198 casos positivos de sarampión en Santa Cruz, aunque resaltó una desaceleración del brote. “Ha habido una baja considerable de los casos de sarampión y solamente permanecen en dos colonias menonitas de las cuales toda la población infantil ha sido vacunada”, indicó.
Bilbao recomendó no asistir a eventos de aglomeración y en caso de la fiebre más leve usar barbijo y acudir al médico.