
La expectativa por el partido entre Bolivia y Brasil, programado para el 9 de septiembre en el estadio de Villa Ingenio, ha generado una verdadera revolución en sus alrededores. Decenas de aficionados llevan hasta cinco días acampando para asegurarse una entrada física, cuya venta iniciará este sábado a las 10:00. Sin embargo, la alta demanda también ha dado paso a situaciones irregulares.
Según denuncias recogidas por la agencia EFE, algunas personas están vendiendo lugares en la fila hasta por 50 bolivianos. “Nos dieron fichas con números para que se respete el orden, pero anoche hubo peleas con revendedores que querían colarse”, relató un joven hincha que acampa desde el domingo.
Los primeros espacios en la fila, ocupados desde el fin de semana, estarían siendo ofrecidos por revendedores a quienes no hicieron fila, lo que ha generado tensiones entre los verdaderos fanáticos que incluso han reportado intento de agresiones.
Desde que se agotaron las 11.500 entradas vendidas de forma online, el interés por conseguir una entrada física no ha parado de crecer. Desde el domingo, decenas de personas instalaron carpas en las afueras del estadio de El Alto para no perder su oportunidad de ver el encuentro ante la ‘Canarinha’.