La celebración arrancó en el Spotify Camp Nou, corazón del sentimiento culé, donde el presidente Joan Laporta y parte de la directiva despidieron al plantel en un acto cargado de emoción. Hasta los trabajadores que están reconstruyendo el estadio se sumaron al homenaje, conscientes de que este equipo volvió a encender la pasión entre los hinchas con la reciente conquista de LaLiga.
Poco después, el autobús descapotable salió a recorrer las calles con los verdaderos protagonistas: los jugadores, el cuerpo técnico, empleados del club (había más trabajadores que futbolistas arriba del bus) y los tres trofeos que levantaron esta temporada: LaLiga, la Copa del Rey y la Supercopa de España. Barcelona se tiñó de blaugrana, y la gente respondió con alegría, cantos, abrazos y banderas al viento.
Lamine Yamal fue el más ovacionado: se animó a agarrar el micrófono y cantar con la gente durante el recorrido. Hubo algunas ausencias obligadas: Ferran Torres, recién operado de apendicitis, siguió todo desde la tele y las redes. Tampoco estuvieron Dani Rodríguez, con una cirugía de hombro reciente, ni los convocados del Barça Atlètic. Pero el resto del plantel no se perdió la fiesta y celebró con su gente una temporada inolvidable.
Para varios fue su primera vez en una rúa. Jóvenes como Dani Olmo, Cubarsí, Héctor Fort, Marc Bernal, Casadó, Fermín, o canteranos como Pau Víctor y Gerard Martín, vivieron su primer gran festejo como campeones. También Szczesny e Iñigo Martínez disfrutaron del momento, sobre todo este último, que el año pasado se quedó con las ganas en Bilbao y tuvo que ver la Gabarra desde la sombra.
Las postales fueron espectaculares: gente subida a marquesinas, balcones llenos, camisetas y banderas volando hacia el bus, firmadas y devueltas por los jugadores. Algunos incluso tiraron pelotas miniatura para los más chicos, que deliraban de alegría.
Hansi Flick, el cerebro de este nuevo Barça, se mostró tranquilo, feliz, viendo a su equipo disfrutar un momento que ya es parte de la historia grande del club. Serio pero cercano, su liderazgo ha sido clave para arrancar un nuevo ciclo ganador en la institución.
La rúa (calle) lo tuvo todo: música, animadores, castellers, fuegos artificiales y hasta el CAT, la nueva mascota por los 125 años del club, abriendo el desfile. Pero, sobre todo, tuvo a una ciudad entera rindiéndose a sus campeones. Este Barça volvió a ilusionar, y Barcelona se lo agradeció llenando las calles de fiesta. La ciudad fue una sola bandera: blaugrana.
