
Hicieron soñar a todo España, pero la todopoderosa Italia despertó al cuarteto mágico que se presentó en Bolonia con la intención de hacer historia. La derrota de Carreño ante Berrettini por 6-3, 6-4 puso contra las cuerdas al equipo español, y esta vez Jaume Munar no pudo lograr la machada de derrotar a Cobolli ante un Bologna Fiere que se convirtió en una olla a presión, dando alas al italiano cuando peor estaba para volver a ganar de forma épica un duelo que pudo caer de cualquier lado (1-6, 7-6, 7-5).
Inicio estelar de Munar; final de confirmación de Cobolli
Si bien la papeleta era más que complicada para Munar, su inicio fue más que esperanzador para las opciones nacionales. Impecable, metiendo puntos de auténtico "top-mundial" y restando como los ángeles para avasallar a Cobolli, al que no dio chance de meterse en el set. Un 6-1 que reflejaba la superioridad del balear, que se ponía en ventaja en el marcador.
Más aún de cara se puso el partido para los de David Ferrer con el break de Munar nada más iniciar el segundo set. Sin embargo, en el juego siguiente, Munar enfrentó una bola de break eterna que se tornó en la primera rotura de Cobolli, que le devolvió por completo a la vida. Eterna porque entre medias el juego se paró cerca de diez minutos para atender a una espectadora en la grada, que por fortuna acabó en susto.
Sin embargo, este parón cambió por completo el devenir del partido. Diez minutos de pensar para Cobolli que le relajaron, le metieron en vereda y que hizo funcionar a su derecha, hasta entonces muerta. Munar sobrevivía a los palos de Cobolli hasta el tie-break, faena que al balear se le ha complicado este fin de semana, ya que no logró ningún set en los tres que jugó.
Ante Cobolli fue un espectador del recital que dio con la derecha. Pasó del 6-3 al 6-5 para hacer al italiano jugársela con su saque, pero un buen servicio y otra derecha demoledora mandaron el choque a la manga definitiva.
Cobolli aprovecha la única debilidad de Munar
El tercer set fue una demostración de lo que es una manga definitiva de Copa Davis. Mucho miedo, pocas opciones al resto, y ambos jugadores conscientes de lo que se jugaban. Ninguno enfrentó ninguna opción de rotura en contra hasta el fatídico undécima juego que seguro perseguirá a Munar en muchas pesadillas.
Dos errores con dos golpes sencillos desembocaron en un 15-40 con el que Cobolli no tuvo piedad. Aprovechó a la perfección, volviendo a hacer gala de una derecha que apareció para decidir una Davis en el momento preciso y el lugar exacto. El 6-5 hizo estallar el Bologna Fiere como si no tuviese que confirmar su break, algo que consiguió sin apenas resistencia de Munar, rendido por las casi tres horas de fuerza y la exigencia mental.
Cobolli ganó en blanco su juego para que el banquillo local saltase de alegría como si no estuviesen habituados a estas lides, aunque lo están haciendo costumbre. Con la victoria en esta edición se convierten en el primer país en los últimos cincuenta años que se lleva la Copa Davis en tres ediciones consecutivas.
Y esta con mérito doble y valor extra a la "escuela italiana" que se está creando en los últimos años, ya que la ausencia de Sinner y Musetti complicaba el objetivo de repetir triunfo, pero el idilio de Berrettini con la Copa Davis, donde lleva once victorias seguidas, y la explosión de Cobolli este curso para rematar una temporada brillante en Bolonia hace ver a esta selección como una que puede ganar muchas más Copas Davis en los próximos años.
Inscribirán también su nombre en este trofeo Sonego, Vavassori y Bolelli, que no han comparecido en toda la competición por ser el primero el primer suplente y los dos últimos por ser la pareja experta doblista, ya que Berrettini y Cobolli han resuelto cada uno de sus tres envites con victoria y no han tenido siquiera que saltar a cancha para disputar un punto.