
Los cisterneros del oriente boliviano mantenían este jueves su cerco sobre las oficinas de YPFB en Santa Cruz de la Sierra en rechazo a la pretensión de la petrolera estatal de acordar nuevos contratos para la importación de combustibles.
Consideran que estos acuerdos deberían definirse con el nuevo gobierno que asumirá el próximo 8 de noviembre. Plantean que se firme una nueva adenda a los contratos que están vigentes desde el 2024.
Como parte de la protesta, los cisterneros colocaron sus camiones y cerraron el paso vehicular en la doble vía a La Guardia, entre tercer y cuarto anillo.
Sergio Kosky, representante de los cisterneros, remarcó que antes de asumir medidas de presión buscaron diálogo, pero no tuvieron respuesta.
Añadió que piden que se firme una adenda hasta fin de año y se consensue un nuevo contrato con las autoridades entrantes para que entre en vigencia en 2026 y atendiendo las mejoras que pide el sector en temas como el acceso a dólares o las difíciles condiciones que deben afrontar para traer el combustible al país.
Lamentó que desde YPFB han estado llamando a cada empresa para que firmen nuevos contratos, que son rechazados. “Este es un país mediterráneo, con puertos lejos, y es de vital importancia que los 7.000 camiones que atienden al Estado boliviano sean tomados en cuenta”, remarcó el dirigente.