
La eliminatoria sudamericana llega a su capítulo final y Venezuela está ante una cita histórica. Este martes (19:30, hora boliviana), en un Monumental de Maturín repleto y encendido, la Vinotinto recibirá a Colombia, ya clasificada al Mundial 2026, con la obligación de ganar para asegurar su pase al repechaje.
El panorama no admite especulaciones: Venezuela tiene un punto más que Bolivia, pero sabe que cualquier tropiezo podría dejarla fuera si la Verde sorprende a Brasil en El Alto. Tras la derrota ante Argentina, la repesca se convirtió en el único camino para seguir soñando con la primera clasificación mundialista en su historia.
La expectativa es enorme. Las más de 50.000 entradas disponibles se agotaron con días de anticipación, reflejando la ilusión de un país que late al ritmo de la Vinotinto. En la previa, el seleccionador Fernando Batista dejó en claro la mentalidad del grupo: “El martes es el partido que tenemos que ganar para lograr el repechaje. Depende de nosotros, estamos arriba y creemos que vamos a conseguir el objetivo”.
Con un estadio convertido en caldera y el sueño intacto, Venezuela se juega el partido más importante de su historia reciente, decidida a no dejar su destino en manos de la Verde, que en simultáneo estará enfrentando a Brasil.