
El París Saint-Germain estrenó su palmarés en la Supercopa de Europa con una remontada que rozó lo imposible. Perdía 0-2 ante el Tottenham hasta el minuto 85, empató en el 94 y terminó imponiéndose en los penaltis (4-3), en una final sin prórroga que quedará como una de las más dramáticas de los últimos años. El equipo de Luis Enrique, aún lejos de su mejor versión, cumplió con el favoritismo a base de resistencia y puntería en el momento decisivo.
El foco de la previa estaba sobre la portería parisina. Lucas Chevalier, fichado del Lille, debutaba en lugar de Gianluigi Donnarumma, cuya salida parece inminente pero aún no se ha concretado. El francés tuvo un inicio amargo: erró en el 0-2 de Cristian “Cuti” Romero, alimentando la polémica en París. Sin embargo, se redimió en la tanda deteniendo el lanzamiento de Van de Ven, clave para la victoria.
El contexto también pesaba: el PSG apenas llevaba una semana de entrenamientos tras tres de descanso. Hace un mes jugaba la final del Mundial de Clubes (perdida 3-0 ante el Chelsea) y la falta de ritmo físico fue evidente. Sin su habitual intensidad, los de Luis Enrique fueron un buen equipo, pero no el arrollador campeón de la pasada temporada.
En la primera parte, el dominio del balón fue parisino, pero las ocasiones claras fueron inglesas. El 0-1 llegó en el 39’: Palhinha remató, Chevalier rechazó y Van de Ven, atento, empujó a la red. Tras el descanso, el Tottenham amplió la ventaja en el 48’, con un cabezazo picado del “Cuti” Romero tras un centro de Pedro Porro que el portero francés no pudo contener.
La final parecía sentenciada… hasta que el PSG activó su orgullo. Kang-in Lee recortó con un zurdazo desde la frontal (85’) y, ya en el descuento, Gonçalo Ramos cabeceó un centro de Dembélé para el 2-2. Sin tiempo para más, la definición se trasladó a los once metros.
En los penaltis, el PSG no falló. Chevalier detuvo el tiro de Van de Ven, Tel envió el suyo al poste y el campeón de Europa cerró así su quinto título de 2025 (cuarto en la temporada natural), iniciando la campaña 2025-26 con otro trofeo tras la decepción del Mundial de Clubes.
El equipo de Luis Enrique sigue vivo en la carrera por un histórico sextete, que solo han logrado el Barça de Guardiola y el Bayern de Flick. Le restan la Supercopa de Francia (enero) y la final intercontinental (diciembre) para completar la gesta. Anoche no fue el mejor, pero ganó. Y, para un club con hambre de historia, eso basta.