El estadio Nuevo San Mamés de Bilbao será el escenario de una final de la UEFA Europa League tan inesperada como simbólica: Manchester United y Tottenham, dos gigantes del fútbol inglés en horas bajas, se enfrentarán este miércoles (15.00, hora boliviana) en busca de un título que puede cambiar el rumbo de sus temporadas.
Ambos equipos llegan a esta definición inmersos en la peor campaña de su historia desde la creación de la Premier League en 1992. A una fecha del cierre del campeonato inglés, el Tottenham ocupa el 17.º lugar con 38 puntos, mientras que el United está apenas un escalón por encima, con 39. Nunca antes se había visto a ambos tan cerca del descenso en la era moderna del fútbol inglés.
La final no solo otorga un trofeo europeo, sino que representa una oportunidad de redención. Para el que gane, será una excusa válida para maquillar una temporada desastrosa. Para el que pierda, significará cerrar el curso sin nada que rescatar y con consecuencias que podrían ir desde despidos hasta reestructuraciones internas.
La presión no es menor: el título internacional servirá como bálsamo para un ciclo que, de otro modo, estaría condenado a terminar. Por eso, la forma en que se gane o se pierda será clave: puede ser el final de una etapa o el inicio de una reconstrucción.
Los números explican el nivel de crisis. El Manchester United suma hasta ahora 10 victorias, 9 empates y 18 derrotas, con un saldo de 42 goles a favor y 52 en contra. Es la primera vez que los "red devils" pierden 18 partidos en una misma temporada de Premier League.
El panorama en los Spurs no es menos preocupante: registran 11 triunfos, 5 empates y 21 derrotas. Sus cifras ofensivas son algo mejores (63 goles a favor), pero también han encajado más goles (61). Las 21 derrotas suponen un récord negativo para el club desde que se disputa la liga bajo su actual formato.
Ambos cerrarán la Premier League el próximo fin de semana: el United recibe al Aston Villa en Old Trafford y el Tottenham será local ante Brighton. Pero antes, tendrán una oportunidad de oro para convertir una temporada desastrosa en una gesta europea.
La Europa League 2024/25 tendrá un campeón inglés, pero no habrá celebración plena para ambos clubes. La final puede ser la línea entre la decadencia total y la resurrección. Este miércoles en Bilbao, se juega algo más que un título: se juega el prestigio, la estabilidad de un proyecto y, quizás, la continuidad de varios protagonistas.
