Dios te bendiga

Encuestas

Dios te bendiga | Mons. Robert Flock | 2025-05-08 00:04:00

¿Quién dice la gente que soy yo?

(Mc 8,27)

Cuando ya atraía grandes multitudes, Jesús quiso hacer una pequeña encuesta. Su muestra, doce partidarios, no le daba validez científica, pero era suficiente para cumplir su objetivo, pues quería luego averiguar la percepción de ellos mismos: «¿Quién dicen ustedes que soy yo?» (Mc 8,29).

Es una pregunta que los actuales candidatos deben hacer. Pues solo preguntar la preferencia electoral no dice mucho.

Cuando dijeron a Jesús que Herodes quería verlo, lo llamó “ese zorro” (Lc 13,32). No era un piropo. En general Jesús tenía un juicio negativo sobre los reyes autoritarios que se auto denominaban bienhechores cuando debían ser servidores (Ver Lc 22,25-27). «Yo he venido para servir» (Mt 20,28).

«¿Quién dice la gente que soy yo?»

Esta pregunta es problemática para los encuestadores, por ser abierta. Si tomara la respuesta de solo el 1% de la población electoral de Bolivia sobre los pretendientes presidenciales, tratando de equilibrar la muestra de encuestados según zonas geográficos, edad, género, etc., tendrían que analizar las respuestas 7,300 personas sobre cada candidato, agrupándolas en categorías más o menos representativas. Costaría mucho trabajo y dinero. Por eso, suelen proponer de antemano algunas respuestas aptas. Mal hechas pueden perjudicar o manipular el resultado, pero es mucho más fácil tabular, analizar, y representar gráficamente. Por ejemplo: Calificar según su parecer en cada categoría en una escala de 1 a 5, donde 1 es poco o nada y 5 es mucho o totalmente a: Pilato, Herodes, César, Jesús, Caifás, y Juan Bautista? Este último tachado porque fue decapitado por Herodes. (Puede sustituir nuestros candidatos actuales. Pido disculpas por ser todos varones)

Irónicamente, Jesús aconsejó a sus discípulos combinar estos últimos dos, explicando: «Sean astutos como serpientes e inocentes como palomas, porque Yo los envío como a ovejas en medio de lobos». (Mt 10,16).

Me acuerdo el testimonio del padre Adalid Vega (QEPD), durante un tiempo párroco en Pailón y en otro alcalde masista del mismo pueblo (violando el Derecho Canónico, canon 265 § 3: “Les está prohibido a los clérigos aceptar aquellos cargos públicos, que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil”, aunque sin queja alguna del MAS por meterse en política). Dijo: “Yo quise realizar una gestión limpia pero no me permitieron; fui muy ingenuo”.

A propósito, el Derecho Canónico, el Catecismo y la Santa Biblia, en ningún lugar prohíben a los Pastores de la Iglesia opinar sobre lo que hacen los gobernantes, pero aconseja orar por ellos (1Tm 2,2), y por supuesto, son por su gran responsabilidad, quienes más necesitan ser orientados por la Palabra de Dios y por los Pastores autorizados por Dios para comunicar esa Palabra.

Sería provechoso hacer encuestas sobre las capacidades de los candidatos y sus partidos para resolver la crisis económica, aliviar la pobreza, apaciguar los conflictos, evitar los bloqueos, conservar los bosques, reformar la justicia, sanear la salud, proveer los combustibles, reconciliar a los bolivianos, edificar la educación, profesionalizar a la policía, cultivar el comercio, fortalecer la democracia, disminuir la deuda, restaurar relaciones internacionales, limpiar los ríos, reciclar la basura, quitar la cocaína, construir caminos y otros temas de preocupación.

«Jesús, sabiendo que querían apoderarse de Él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña, Él solo» (Jn 6,15). Nuevamente hizo su encuesta; su muestra tenía un solo encuestado, el Único que realmente vale. La pregunta no cambió: «¿Quién dices que soy yo?»

En semejantes momentos no le hacía mal escuchar lo que Dios ya le había dicho. «Tú eres mi Hijo Amado, en quien tengo toda mi confianza» (Mc 1,11). Jesús, en el desierto y en la montaña, podría distinguir entre la voz del Padre y la del Tentador.

Nosotros, en cambio, debemos desconfiar de nuestras propias percepciones personales y asesores interesados. Somos expertos en el auto engaño, aún más en engañar a los demás. Las encuestas pueden ayudar; también engañar. Las campañas políticas suelen ser asesoradas más por zorros y serpientes que por servidores y palomas. Conviene hacerse asesorar también por Dios.

Dios te bendiga.