Cada miércoles por la mañana comerciantes informales ocupan calles, aceras y hasta un área cercana a las rieles del tren en la zona de la Cumavi de Santa Cruz de la Sierra. El grupo se vuelve cada vez más numeroso y este diario constató en esta jornada que se han extendido desde la zona del trillo del quinto anillo de la avenida Cumavi hasta la esquina que conecta con la plaza principal de la Villa Primero de Mayo.
La misma situación se evidenció en la avenida Tres Pasos al Frente, donde los comerciantes también se han apoderado de más espacios públicos, desde el quinto anillo, zona del Escondite de Almendras, hasta el sexto anillo de la misma avenida.
Los comerciantes aseguran que ocupan los espacios y venden de manera informal para poder ganarse el pan de cada día y mantener a sus familias.
De acuerdo con datos oficiales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el aumento del sector informal se vio exacerbado con la llegada de la pandemia en 2020: la limitada oferta de puestos de trabajo impulsó a emprender y buscar alguna forma de sustento, incluso de forma informal.
En Santa Cruz se realizan más de 21 ferias informales, donde los comerciantes invaden camellones, calles, venidas y aceras, aprovechando el escaso control de las autoridades municipales. Se asientan sobre transitadas avenidas y áreas públicas.
Según datos del IBCE extraídos del 2022, en Bolivia el 80% de los comercios son informales, lo que significa 2.000 millones de dólares en pérdidas, de forma anual. Pero la situación se agravó durante la pandemia con el contrabando que genera 3500 millones de dólares en pérdidas, esto representa el 10% del Producto Interno Bruto (PIB).
“Este sector informal en muchos casos está lavando dinero del contrabando; cuando esto ocurre, no existe precio. Entonces hablamos de una competencia ilegal y desleal en el mercado interno”, indicó el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.
Según un análisis de Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco) sobre la disminución del empleo en empresas pequeñas, antes había 200 mil puestos de trabajo en las pymes, pero la cantidad se redujo a menos de 100 mil.
Los datos de la Confederación de Gremiales a nivel nacional revela que el número de personas que se dedican a la informalidad ha ido en ascenso y en el país existen unos tres millones de personas que se dedican a la actividad.
“Durante el 2006 se tenía el registro de 1.500.000 gremiales, en 2022 se han registrado 3.000.000 informales, con distintos tipos de negocios que no cuentan con las condiciones de un trabajador formal”, dice el informe.
Los datos del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad) y la Central Obrera Departamental (COD), dan cuenta de que solo el 15% de los ocupados tiene una fuente de empleo formal, mientras que el restante 85% es parte del sector informal.
