La era del macororó

El gobierno ha inaugurado con bombos y platillos la primera planta de producción de biodiesel que usará productos agrícolas para transformarlos en combustible. En otras palabras, el líquido que se obtendrá servirá (si es que alcanza) para echar a andar los mismos tractores, sembradoras y cosechadoras que proveerán la materia prima de la refinería. Eso es en el caso de que todo vaya a la perfección, ya que, dados los antecedentes del gobierno del MAS, la mayoría de sus emprendimientos están paralizados, arrojan cuantiosas pérdidas y otras empresas estatales han sido abandonadas por la ineficiencia de la administración pública. En teoría, esta planta servirá para abastecer algo menos del cuatro por ciento del consumo interno, aunque el gobierno está calculando llegar a la mitad de la sustitución cuando ponga en funcionamiento otras dos factorías similares, una en El Alto y otra en Santa Cruz. Y pensar que fue el actual régimen el que hizo trizas la industria del gas de Bolivia, que tenía proyecciones internacionales y nos ha puesto en manos del macororó, uno de los productos que será usado en esta nueva era de los hidrocarburos.