
El director para América Latina de la organización Human Rights Watch, José Miguel Vivanco ha sido invitado a visitar Bolivia para conocer de primera mano la situación de los derechos humanos. El activista ya conoce nuestro país. Estuvo cuando era presidente Evo Morales y el único comentario que hizo se inspiró en una bolsita con galletas que le entregaron en un avión de la línea aérea BOA, donde hasta las servilletas tenían el rostro impreso del cocalero. Tal vez eso le sirvió a Vivanco para darse cuenta de la calaña de gobierno que había entonces y decidió no meterse en problemas, pues nunca se lo escuchó hablar de las incontables violaciones a los derechos humanos que se cometieron en los 14 años de dictadura. Es probable que así como no quiere que tilden de terrorismo a la orden de volar Senkata, tampoco le guste que se hable de dictadores, pues ni siquiera con Venezuela se ha atrevido a ir tan lejos y habría que ver qué piensa de Cuba, de Nicaragua o Bielorrusia. Lo mejor es ahorrarse el pasaje, especialmente con gente que sólo ve lo que quiere.