
De acuerdo al Global Music Report 2019 de IFPI, desde 2009 el crecimiento de los formatos digitales, más allá de provocar el decrecimiento de la industria musical, lo ha incrementado.
Hitos de la industria. Statista evaluó que al surgir el formato MP3 -lanzado a finales de 1990 pero impulsado por el iPod en 2001- la industria musical empezó a tener bajas en las ventas de formatos físicos.
De hecho entre 2001 y 2010, las ventas de este tipo de formato bajaron un 60%, y a la par los formatos digitales crecieron, hasta alcanzar los 4,000 millones de dólares, pero fue hasta 2014 que la industria musical tocó fondo y tuvo su ingreso más bajo en los últimos 20 años, pues solo facturó 143,000 millones de dólares.
Hitos de la industria. Sin embargo, gracias a la adopción de los formatos digitales y al crecimiento de plataformas de streaming la propia industria musical se logró recuperar, aunque no con los mismos números que tuvo en 2001.
De acuerdo al reporte, la industria facturó en 2018 191,000 millones de dólares a nivel mundial, de los cuales streaming representó el 37%, seguido curiosamente del formato físico el cual mantiene un 25% de las preferencias.
Punto de vista
Sergio Piasek
Country Manager Icommkt Bolivia (http://blog.icommkt.com/)
La era de la big data ha muerto
Hay tanto para hacer cuando se toma la decisión de incorporar una mirada digital de los negocios que mi primera recomendación es armar una estrategia a conciencia, antes de salir a adquirir tecnología que probablemente caiga en la obsolescencia mucho antes de que se le dé el uso que corresponde.
Afortunadamente muchos CEO y mandos gerenciales en Bolivia han entendido que la digitalización es una transformación profunda, que habla de procesos, de personas, de perfiles, que se mete con la rentabilidad y que alcanza a todos los niveles de la organización.
Ese momento clave debe estar gobernado por una visión clara de que los negocios deben enfocar en la asistencia y experiencia del consumidor, entenderlo como un ente dinámico, abordándolos con herramientas dinámicas que arrojen información que nos permita corregir la mira a cada minuto. La clave está en entender cómo interactúa el mundo físico y el digital.
La solución tampoco se encuentra “incorporando a alguien que le sepa a esto”, sino más bien sumando a todos los miembros de la organización con un mismo norte, capacitándolos en las nuevas habilidades, generando una visión consensuada que resista el paso del tiempo, cuya única fecha de vencimiento es el fin del mundo.
Llenarse de preguntas más que de datos, siempre con una respuesta ligada a la rentabilidad y utilizar la tecnología como un acelerador de procesos, de segmentación de audiencias, alineado a una estrategia de mayor eficiencia y menores costos.
La era de la Big Data les aseguro ha muerto.
De a poco, semana a semana, desde esta columna iremos recorriendo experiencias concretas, útiles, ligadas a la rentabilidad, con alto impacto en el negocio.
Despertadores. Casos de uso y soluciones para diferentes industrias que nos llevarán a entender mejor qué funciona y qué no, desandando prejuicios que solo aumentan la brecha entre nosotros y los muy demandantes y evolucionados consumidores bolivianos.
Un viaje de la Big Data a la Big profesionalización, porque la tecnología no se aprovecha cuando no hay equipo.