
Las feministas hacen noticia todos los días con sus justas reivindicaciones y por eso llama la atención que no hayan alzado la voz luego de las confesiones de una presentadora de televisión a quien sus jefes le dijeron que no era suficiente con mostrar su cara bonita y que debía subirle el doblez al escote y la minifalda. La comunicadora prefirió renunciar antes que ceder al pedido, aunque no tuvo reparos para contar algunos detalles en la prensa, que corroboró el asunto con declaraciones de la cadena televisiva, que dicho sea de paso, pertenece a la línea del “proceso de cambio”. No queremos pensar que precisamente sea éste el motivo del silencio de nuestras aguerridas defensoras de los derechos de la mujer que, pasando a otro tema, abandonaron muy pronto la lucha por conseguir justicia frente al caso del diputado golpeador que consiguió muy fácilmente un desistimiento.