
No le salió bien la bravuconada del Gobierno con relación al encargado de negocios de Estados Unidos, Peter Brennan, a quien se amenazó con la expulsión por supuestos actos de conspiración. Resulta que cuando se lanzó la bravata, ya todos sabían que el diplomático tenía la valija lista y no solo eso, ya se conocía el nombre del sustituto. “El cobarde solo amenaza cuando está a salvo”, lo dijo el sabio alemán Johann Wolfgang Goethe y cuánta razón tenía. De cualquier forma, una lástima por la carrera profesional de Brennan, pues hubiera sido mejor para él que lo botaran como hicieron con el embajador Philip Goldberg en 2008, premiado posteriormente con un cargo mucho más importante, hecho que sucedió también con los responsables de la embajada de Brasil que facilitaron la salida del país del senador Róger Pinto. Tal vez lo que quería el régimen boliviano era conseguir que Washington tirara un portazo, pero la sorpresa para todos es que ha doblado su apuesta con un nuevo responsable de la Embajada de Estados Unidos en La Paz. Se trata de Bruce Williamson, a quien nadie podrá acusar de racismo y discriminación.