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Editorial
La farsa como gobierno
Lunes,  29 de Mayo, 2023
Editorial

La gestión de Luis Arce se resume en una sola acción y es la de crear una imagen de lo que está sucediendo con la economía, lo que ocurre con el narcotráfico, la corrupción, la falta de dólares, la escasez de diésel, la quiebra del banco Fassil, la epidemia de influenza, la caída de las exportaciones, la inflación, la manipulación de la justicia, la persecución política y muchos otros problemas sobre lo cuales no tiene una explicación real, una respuesta coherente y tampoco una solución viable, por lo que se ve en la obligación de construir una farsa permanente

Arce debería tener un solo ministerio, algo así como el “ministerio de la verdad”, el principal de cuatro organismos que controlaban el gobierno dictatorial que aparece en la novela “1984” de George Orwell, cuya función era reescribir y alterar constantemente la realidad, la historia y los documentos para que se adecúen a las narrativas del partido.  

Según esa versión, el gobierno no es cómplice del narcotráfico, sino que es artífice de “operativos históricos” en los que no se incauta ni un gramo de cocaína, no se detiene a nadie ni se muestra ninguna evidencia de semejante hazaña antidroga. Lo del banco Fassil no es un saqueo para proveerse de dólares, sino una quiebra fraudulenta que se produjo por un par de créditos irregulares que no le harían daño ni a un prestamista de mercado. No hay coimas, son “adelantos”. La nueva versión que explica el secuestro del gobernador Camacho es que se había convertido en una amenaza para la seguridad y que ameritaba su encierro en Chonchocoro luego de una cinematográfica operación policial y militar . No hay diésel por culpa de unos contrabandistas que sacan el combustible en bidones de cinco litros, ya no necesitamos dólares tendremos yuanes, estamos saliendo adelante, tenemos la segunda mejor economía del mundo…

En realidad, Arce no sabe hacer otra cosa más que fingir. Finge que sabe de economía, cuando no es más que un simple contador; se cree autor del milagro económico que multiplicó los ingresos; se convenció que podía ser el presidente titular, cuando no era más que un reemplazante temporal y ahora está convencido de que es capaz de seguir conduciendo al país en plena crisis, con las mismas recetas que aplicó cuando era el firmador de los cheques del cocalero Morales, cuya fórmula era repartir plata a diestra y siniestra para que lo dejen gobernar tranquilo. 

Hitler tenía a su servicio a un genio de la propaganda, manejaba una de las dictaduras más férreas que se haya visto en la historia, tenía a su servicio una policía especial que no dejaba opinar a nadie, además de una impresionante maquinaria de guerra. Con todo eso pudo convencer a los alemanes de que podía dominar el mundo y compensar las grandes debilidades y errores que lo llevaron a la derrota. Tal vez Luis Arce también cree que es mejor que el führer y evitar el desastre que se viene.

Arce no sabe hacer otra cosa más que fingir. Finge que sabe de economía, cuando no es más que un simple contador; se cree autor del milagro económico que multiplicó los ingresos; se convenció que podía ser el presidente titular, cuando no era más que un reemplazante temporal y ahora está convencido de que es capaz de seguir conduciendo al país en plena crisis, con las mismas recetas que aplicó cuando era el firmador de los cheques del cocalero Morales, cuya fórmula era repartir plata a diestra y siniestra para que lo dejen gobernar tranquilo.