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Editorial
De a buenas con Venezuela
Jueves,  1 de Junio, 2023
Editorial

No debería causar sorpresa la reacción del brasileño Lula Da Silva, al suavizar la posición con Venezuela y el dictador Nicolás Maduro. Estados Unidos también lo está haciendo, pues hoy más que nunca se necesita el petróleo venezolano -en este caso-, para debilitar a Rusia, uno de los principales proveedores de hidrocarburos del mundo. Se trata de intereses, por supuesto que sí, y ojalá todos los países actuaran de la misma manera y no como Bolivia, que se aferra a Cuba, a China, a Putin o a Irán sin lograr ningún beneficio para el pueblo.

Lula está tratando de que Brasil retome el liderazgo latinoamericano, posición que le ha delegado Estados Unidos, que muy poco tiempo y energía tiene para ocuparse de su “patio trasero”. Hace poco, el mandatario brasileño intentó tomar su propio rumbo al acercarse a Rusia y mantener una posición ambigua frente a la invasión de Ucrania y rápidamente fue puesto a derecho, al punto que tuvo que retractarse y rechazar una invitación de visitar Moscú, además de recibir un portazo en la cara del ucraniano Volodímir Zelenski

Lo que hace Lula está perfectamente en sintonía con la política norteamericana que surgió luego de la invasión de Panamá de 1989 y otras torpezas anteriores y posteriores que resultaron un completo fiasco. No más intervenciones directas, no más gendarmería, nunca más actuar como Rambo en ninguna parte del mundo, pues suficiente tuvieron con Vietnam, con Irak, Afganistán y muchos otros lugares donde antes hubiera metido fuerza sin dudarlo.

Estados Unidos ha conseguido por las buenas, gracias al libre comercio y la diplomacia, mucho más influencia en el mundo que a través de las armas. China es el mejor ejemplo; Vietnam se ha vuelto un aliado de Washington pese a todo lo que pasó y a las diferencias ideológicas, en tanto que el otro paradigma, el que desarrolla Rusia en este momento se encamina hacia el desastre.

Los norteamericanos han intentado ejercer influencia por las buenas, incluso con “huesos muy duros de roer” como Cuba, Libia, Irán y hasta con Corea del Norte, con el que el ex presidente estadounidense Donald Trump logró algunos acercamientos, sin mayores avances. Algunos parecen casos perdidos, como la dictadura cubana que ha sido tratada con “guante de seda” por numerosas potencias, por el Vaticano y los organismos internacionales, con varias promesas fallidas de apertura y democratización.

El objetivo inmediato que existe sobre Venezuela es que la dictadura de Maduro permita la celebración de elecciones libres, que respete los resultados de las urnas y que sea capaz de enfrentar una transición pacífica hacia el estado de derecho. Nadie, ni siquiera el más izquierdista, como el chileno Boric puede aceptar lo que pasa en territorio venezolano, donde campea la muerte, la tortura y la miseria. En Bolivia todavía estamos a tiempo de impedir que el régimen nos convierta en un drama continental.