Después de estos cuatro años de una “revolución a partir del voto” y de “referenditis”, el Estado plurinacional que plantea Morales con su MAS está apenas en construcción: si bien desde el Viejo Continente se siguen con interés las reivindicaciones indigenistas de Evo, la nacionalización de los hidrocarburos y el respeto de los intereses empresariales, los enfrentamientos con las provincias autonómicas y sus viejas élites “blancas” y su unión al eje del Socialismo del Siglo XXI despiertan muchos interrogantes. Al otro lado del charco, no queda muy claro tampoco qué se entiende bajo los sistemas ancestrales de justicia y salud que se plantean en la Constitución boliviana que busca implantarse en el país andino.