El Gobierno de Brasil aplicará cortes en varios subsidios sociales y eliminará incentivos a la economía para equilibrar sus deterioradas cuentas fiscales, según anunció ayer el ministro de Hacienda, Guido Mantega.
Por su parte, la estatal brasileña Petrobras anunció un alza del precio de los combustibles, en medio de un panorama de alta inflación en el país.
Gasto en prestaciones. Mantega dijo que se reducirán los gastos en las prestaciones por desempleo, en los abonos salariales, que se conceden a trabajadores fijos que ganan hasta dos salarios mínimos, en los subsidios por enfermedad y en las pensiones por fallecimiento.
El gasto en prestaciones por desempleo, abonos salariales y subsidios por enfermedad cuestan a las arcas públicas 70.000 millones de reales (unos 27.450 millones de dólares) por año y las pensiones por fallecimiento, 90.000 millones de reales (cerca de 35.295 millones de dólares).
Sube precio del combustible. Petrobras informó en un comunicado que, desde el viernes, la gasolina subirá 3% y el diésel 5%. El reajuste se produce casi un año después del último aumento y en medio de un largo periodo de subsidios por parte del Gobierno, que controla los precios para evitar un impacto en la inflación.
Estos subsidios perjudican los balances de la estatal petrolera, que debe comprar combustible a precios internacionales y venderlos más baratos dentro de Brasil. El mercado esperaba que se definiera una fórmula que permitiera a la estatal reajustar sus tarifas de acuerdo al precio internacional.
Estancamiento económico. El deterioro de las cuentas fiscales se debió al estancamiento de la economía, que está en "recesión técnica" al acumular dos trimestres negativos, lo que causó un grave deterioro de la recaudación de impuestos.