De acuerdo a las nuevas disposiciones del INRA, ningún hacendado puede hacerles adelantos o préstamos a sus trabajadores, tampoco se les puede pagar con víveres y nada por el estilo. Si el patrón paga el sueldo semanalmente o por quincena, puede perder sus tierras acusado de esclavista. Así que hoy, lo que reina en el Chaco es el pago al “tinqui-tinqui”, todo el mes de un saque. Los cantineros, vendedores de coca, almaceneros y ramas afines están de fiesta porque son ahora los nuevos dueños de la vida de los guaraníes, quienes se tiran el sueldo del mes en un día de farra y el resto del mes se lo pasan fiando. Que algún técnico del INRA, de esos que andan buscando esclavos se asome estos días por Cuevo, Gutiérrez, Cabezas, Choreti o Boyuibe. Ahí va a pillar a los flamantes esclavistas, comerciantes con los estantes llenos de singani y alcohol y el cuaderno lleno de deudores.