La tradicional calle Ballivián se convirtió en el centro de la alegría los tres días de mojazón. Allí se pudo encontrar comparsas tradicionales, banda, música y alegría por doquier. Este año se pudo observar que las comparsas se animaron a dar vueltas por el centro, derrochando alegría y repartiendo su tradicional ‘cola’. A pesar de la llovizna y el mal tiempo de los dos primeros días, los carnavaleros se dieron modos para salir, ya sea a pie o hasta en cuadratrack.