Efectivos policiales lanzaron agua a presión y gases lacrimógenos a los indígenas de la IX marcha, para frenar su ingreso a la plaza Murillo.
Las carpas donde se había instalado los indígenas en su vigilia fueron violentamente arrancadas de sus lugares, por la fuerza del agua.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Carlos Romero condenó los hechos de violencia provocados por "agitadores" para agredir a policías con "clavos, objetos contundentes, e instrumentos punzo cortantes".