Tal como lo afirmamos hace unos días, el MAS continúa intoxicando su propia campaña y el cocalero es el virus más letal que tienen en sus filas. El problema es que no saben cómo callarlo y, lo que es peor, todavía hay quienes repiten sus torpezas, como la de andar denunciando fraude, palabra que debería estar prohibida para los masistas, pues es como hablar de la soga en la casa del ahorcado. Recordemos que todas las teorías conspirativas del prófugo han fallado, desde el momento en que negó la existencia de la pandemia y obligó a sus seguidores a salir a contagiarse. La “nueva” es que Jeanine Añez renunció supuestamente por instrucciones del gobierno de Estados Unidos y repitió una vieja, según la cual, ya tiene hablados a los militares bolivianos para evitar un golpe de estado. En cualquier caso, si hubiera alguna intervención externa, las primeras en ser avisadas serían las Fuerzas Armadas y en este momento el “teléfono rojo” no está conectado con Buenos Aires.