Ahora que no se puede hablar de política hablemos de cine. Recordemos una hermosa película Argentina “Un lugar en el mundo” dirigida por Adolfo Aristarain y cuyos protagonistas son José Sacristán, Leonor Benedetto y Federico Lupi. Este último encarna a Mario, un hombre idealista y soñador que se va a un pueblo muy pobre a organizar una escuela y construir una cooperativa que les permita a los pastores de ovejas trabajar en mejores condiciones, vender a mayor precio su lana y elevar su calidad de vida. Deciden acopiar toda la producción esperando condiciones más favorables, pero luego aparecen los especuladores e intermediarios que les calientan las orejas a los campesinos. Estos presionan a Mario porque quieren vender, tener la platita en el bolsillo y amenazan con tirar al suelo el plan de convertir a la cooperativa en el factor de desarrollo del pueblo. Mario no se intimida, pero la presión aumenta hasta que decide darles una lección a los pastores. Una noche le prende fuego a toda la lana con la intención que aprendan a ver el futuro a largo plazo. En nueve años los bolivianos hemos quemado 145 mil millones de dólares de ingresos extraordinarios y al parecer queremos seguir quemando la platita. Un día tendremos que empezar de cero otra vez.