Los paros cívicos del pasado involucraban a los miembros de las instituciones afiliadas al Comité pro Santa Cruz, la Unión Juvenil Cruceñista y algunos voluntarios. Sin embargo, la participación ciudadana ayer fue algo inédito.
Callejuelas bloqueadas. Muy pocos vehículos quedaron en sus garajes. En los barrios céntricos como en los periféricos, daba igual una vagoneta 4x4 último modelo o un pequeño auto más antiguo, ambos servían para impedir la circulación.
De hecho, ni los pases de circulación emitidos por el Comité ni los letreros de prensa pudieron servir en muchas ocasiones.
"Es un paro del pueblo, no del Comité", se escuchó decir en varias ocasiones, para rechazar la pretendida licencia otorgado por el ente cívico. Asimismo, el paro sirvió para el recreo de familias y la confraternización entre amigos, que tuvo sus excesos, aunque sin incidentes que lamentar.