Diego Maradona, la leyenda argentina del fútbol, falleció ayer miércoles de un paro cardiaco en la vivienda donde residía en las afueras de Buenos Aires, poniendo fin a una vida marcada por los excesos que pusieron en constante riesgo su salud. Tenía 60 años.
Se recuperaba de una operación. El capitán de la selección que se consagró campeona en el Mundial de 1986 murió alrededor del mediodía en la casa que alquilaba en San Andrés, un barrio en el norte de Buenos Aires donde se recuperaba de una operación de edema craneal que se le practicó el 3 de noviembre, su último tropiezo de salud.
El fiscal John Broyard dijo a los periodistas que, según las primeras investigaciones, la muerte del retirado jugador fue natural y que durante la autopsia del cuerpo “se van establecer las causales, lo mismo que en los informes complementarios”.
“No se advirtió ningún signo de criminalidad, de violencia”, acotó el funcionario judicial, quien indicó que efectivos de la policía científica estuvieron revisando la vivienda.
Traslado de sus restos. Mientras el fiscal hablaba con los periodistas, una camioneta custodiada por policías motorizados salía del barrio privado para trasladar el cuerpo de Maradona a una morgue en la localidad bonaerense de San Fernando, donde se realizará la autopsia.
Un mismo 25 de noviembre, exactamente cuatro años atrás, murió el líder revolucionario cubano Fidel Castro, al que el exfutbolista admiraba y trató personalmente.
30 de octubre
Pasado, fue la última vez que se vio públicamente a Diego Maradona