El ministro de salud que acaba de renunciar en Argentina es un hombre mayor. Tiene 75 años. Ginés González García es médico cirujano, ha sido ministro varias veces, se ha desempeñado como embajador en Chile y ha ocupado varios cargos públicos durante su extensa carrera política. A esa edad, con esa formación y con tan dilatada experiencia, se podría pensar que el hombre ya sabe la diferencia entre el bien y el mal, pero no es así. El funcionario saliente tuvo que ser despedido por el presidente, Alberto Fernández, luego del escándalo que estalló por haber permitido que varios de sus allegados, amigos y miembros del gobierno accedan a vacunaciones de privilegio que se aplicaron nada menos que en las oficinas del Ministerio de Salud. Lo peor de todo es que este sujeto dice que jamás pensó que estaba cometiendo algo ilegal. Eso no sólo viola las normas, sino también la ética y la moral, algo que, al parecer, no pasa por la mente de nuestros políticos. Nosotros no deberíamos criticar tanto, después de que, cometer pedofilia o mandar a cercar las ciudades es motivo de indulto en Bolivia.