La alcaldía nos dio una sorpresa al declarar cuarentena rígida para los días de Carnaval. Durante varios meses, las autoridades se han estado resistiendo a recurrir al confinamiento y la verdad es que la gente apoyó esta decisión, especialmente al observar que la campaña de los candidatos a alcaldes y gobernadores es la que más ha estado violando las normas de bioseguridad. El otro argumento en contra del confinamiento es precisamente la reacción de los ciudadanos. Se ha dicho que mandar a la gente a encerrarse en sus casas sería inútil, pues difícilmente se producirá un acatamiento. A la gente le gusta trabajar y comer tres veces al día y por eso es que ya no acepta mantenerse entre cuatro paredes esperando que el gobierno le conceda un bono de 500 o mil bolivianos. Pero estamos más seguros que al boliviano común más le gusta la juerga. Si ya es difícil mantener quieto a alguien que está en sus cabales, no queremos pensar con dos tragos encima. Ojalá no sea “pa’ pior la mejoría”, dice una copla valluna.