H ay alerta en el norte amazónico. La Central Indígena Tacana II, están lista para resistir a la contrucción de la carretera Ixiamas-Chivé. Se teme un impacto mayor que el proyecto víal que pasa por el Tipnis (Territorio Indigena del Parque Nacional Isiboro Sécure). Es que la longitud de los 254,02 kilómetros, aseguran los indígenas, atravesará nada menos dos áreas de reserva natural, consideradas únicas en el mundo: el Madidi y el Manuripi.
"Tenemos todavía la selva hermosa y virgen; no vamos ha permitir que nos partan en dos; estamos listos para pararlos", responde Federico Limpias, popularmente conocido por la comunidad Las Mercedes como 'el defensor del bosque'.
Los indígenas Tacanas, dicen conocer muy bien por dónde viene 'la tormenta'. Y no es para menos, cuando en octubre de 2018, El Día, reveló que dicho proyecto ya cuenta con ficha ambiental de categoría 4, la misma que había sido aprobada sin cumplir protocolos como la consulta previa, libre e informada a los directos involucrados que son los pobladores afectadas sobre el proyecto.
Sin embargo para Justino Peñaloza, anciano de la comunidad Tacana II, que así mismo se dice que es militante del MAS (Movimiento Al Socialismo), la necesidad de tener acceso a una carretera es importante, pero no de la manera cómo quiere hacer el gobierno. "Necesitamos una carretera para salir a La Paz, pero que lo hagan en consulta con todo nosotros; que no aparezcan de pronto metiendo maquinaria, desmontando bosque y lo que es peor, partiendonos en dos nuestra selva", señala.
Migró en busca de atención. El tramo Ixiamas-Chivé, una vez puesta en marcha el proyecto, involucrará a los municipios de Ixiamas de la provincia Abel Iturralde de La Paz y el municipio de Filadelfia en la parte del límite con el departamento de Pando.
La información sigue siendo escasa de parte de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC). Sin embargo, solo ese tramo de 254,02 kilómetros de longitud, tiene la modalidad de adjudicación: llave en mano, cuya inversión conllevaría $us 744.601.845.
Solo queda el antecedente del 29 de octubre de 2018 en el que la ABC respondió a El Día, que al momento "no se puede hablar de un trazo definido, ni de afectaciones, porque no se cuenta con el financiamiento, ni la empresa y menos el TESA", mencionó.
Además, ante el cuestionamiento de porqué se hizo el estudio de impacto ambiental sin poner en conocimiento a los pueblos indígenas, la ABC aseguró que toda esta tarea sería debidamente socializada y coordinada con las comunidades y autoridades de esa región, vía un proceso de consulta previa que se establece en la ejecución del proyecto", respondió.
Ese panorama, según los pueblos indigenas de las comunidades de Puerto Pérez, Las Mercedes, El Tigre y Toromonas, no ha cambiado para nada durante los últimos 12 meses.
Celin Quenevo, asambleísta departamental de La Paz, señaló que en una reunión con el ministerio de Obras Públicas realizada al finalizar diciembre de 2018, en el que les expuso que el proyecto ya está en proceso de licitación para la adjudicación. "Eso significa, que al gobierno le importó un rábano hacer la consulta previa con quienes somos los directos benficiarios y afectados a la vez.
"El problema es que desde Apolo, un tramo antes de llegar a Ixiamas, se tiene que abrir una senda. A partir de Ixiamas es el problema, atraviesa todo un área intangible que impacta directamente con las areas protegidas. Eso es preocupante", señala el representante de los indígenas en la Asamblea Departamental de La Paz.
Flagrante violación de derechos. Rolando Justiniano, presidente de la Central Indígena Tacana II, menciona que la carretera, además de afectar a las áreas protegidas del Madidi en el norte La Paz y el Manuripi de departamento de Pando, afectará con el territorio de los pueblos indígenas, que en el 90% es selva mejor conservada de la zona.
"Lo que nos preocupa es que nos va a partir el territorio. Por eso pedimos que el Estado se siente a consensuar con nosotros y no lo hacho. La desconfianza radica en que la consulta se debería hacer antes del estudio de impacto ambiental", enfatizó.
A partir de esa situación, Justiniano, denuncia que no hay buena fe de parte del gobierno, dado que la consulta fue sistemáticamente ignorada y a partir de ello se deja al descubierto una 'flagrante violación de derechos de los pueblos indígenas".
"Como no ha hecho consulta, no hay buena fe, no es libre y menos es informada; el territorio ha resuelto que tampoco vamos a dejar pasar la contrucción de dicho proyecto", reafirmo Justiniano.
Entre Chivé y la ciudad de Cobija, en una longitud de 200 kilómetros, ya existe una carretera de tierra, la misma atravieza el área protegida de Manuripi. A lo largo del trayecto, por donde visitó El Día, se evidencia actividad económica y nuevos asentamientos. Chivé, población que se encuentra en las orillas del río Madre de Dios, está poblada de gente migrante, sobre todo del occidente del país. "Con la carretera, la gente se va entrar como chorro y sin respetar nuestro bosque, fauna y flora. Eso es lo que nos preocupa. De todo esto estamos informados, se han pelao que van a entrar. Nosotros no lo vamos a permitir", finalizó Quenevo.
"No vamos a dejar que se entren así nomas.
Pedimos que el gobierno se presente aquí para dialogar".
Nirza Ramirez
Dirigente de Puerto Pérez
"Sin duda la carretera es una necesidad. Para llegar a La Paz, tenemos que ir por Cobija. Es vital que se dialogue".
Teodoro Rodriguez
Profesor de Escuela Central
"Los Tacanas estamos bien informados.
La carretera no puede dañar nuestra selva y a eso haremos frente".
Santos Pereira
Comunario de Puerto Pérez
"Todo lo que ve es hecho a lomo, el gobierno nos ha dado nada.
Ahora con la carretera nos quieren exterminar".
Federico Limpias
Agricultor de Las Mercedes
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