Bisturí

Crisis política

Crisis política
Franklin E. Alcaraz Del C. | Periodista columnista
| 2025-12-25 10:46:10

Antes de las últimas elecciones apareció un “pacto de unidad” que, sin ser novedad, se perfilaba como una esperanza, limpia y prístina para elegir presidente del país. Incluía a organizaciones y políticos de peso aparentemente provistos solo de una visión: Bolivia. Parecía también que los que conformaban tal pacto, iban a respetarlo. Acordaron apoyar al que saliera primero en las encuestas. Así, Doria Medina se perfilaba como primero. Tuto, viejo político que ya tenía (tiene) un buen recorrido en estas lides, probablemente no avizoró posibilidad de superar a Doria Medina y pateó el tablero del pacto y así, a los ojos de la opinión pública, le siguieron Mesa y los demás, dejando solo a Doria Medina (y Camacho). ¿Qué pasaba si Mesa no renunciaba al pacto y como cabeza del mismo continuaba con Doria Medina? ¡Nadie sabe! (pero muchos especulan). Lo cierto es que el pacto quedó en nada y se perfilaron, por lo menos en las encuestas, dos candidatos con posibilidades de llegar a la presidencia: Tuto y Doria Medina. Hasta aquí, Rodrigo Paz, estaba bien, gracias.

“¡Hasta la victoria, siempre!” deslizaba Rodrigo en sus primeros discursos. Se cuidaba de condenar abiertamente al cocalero (“que se encargue la justicia” o “todos los que tienen cuentas con justicia tienen que someterse a ella”). Tenía un discurso que ahuyentaba a buena parte de las clases medias para arriba, pero ¡oh! ¡sorpresa! calificó para la segunda ronda o balotaje, desplazando a Doria Medina(Camacho estaba ahí) cometiendo errores que los entendidos mencionan como políticamente ingenuos, y al paceño, nacionalizado cochabambino, Manfred, “Bombón”, Reyes Villa.

Tuto, el favorito para vencer el balotaje, se había mantenido con un discurso congruente de derecha y libertario, aunque no al extremo de Milei, por ejemplo. Se esforzó en mostrarse como muy capacitado para el cargo al que postulaba. Las redes sociales lo mostraban, probablemente con su consentimiento, hablando con personajes nacionales, sudamericanos o internacionales en general, inclusive en un inglés fluido, tanto que no faltaron compatriotas que lo llamaban “sobrador”, “suficiente”, “soberbio”. Nunca se mostró humilde. Ojo: uso la palabra “humilde” en su estricto significado castellano y no como “pobre”, que es lo que una buena parte del país entiende de esa palabra. ¿Fue ese su error? No lo sabemos. El hecho es que hoy, terminando el año 2025, tenemos como presidente a Rodrigo Paz Pereira. La historia de su triunfo tendrá que analizarse detenidamente. Por de pronto, su acompañante, polémico como el que más, muchas veces tildado como político ingenuo (por decir lo menos), cargado de sentimientos y emociones más que de conocimientos, usa un lenguaje populachero que aparentemente llega a las laderas de las ciudades y al campo. ¿Le importa Bolivia? ¿Le importaba Bolivia al cocalero? Además, muchos opinadores piensan que Lara sobrestima su raigambre y que políticos de su talla solo piensan en sí mismos y no en la patria que los cobija. Ahí están Maduro y Díaz Canel como ejemplos de los que prefieren mantener a sus pueblos en desesperante pobreza, antes que renunciar o abrazar otros modelos democráticos. Por otra parte, ¿cuánto le debe Rodrigo Paz a Lara? Tampoco lo sabemos… todavía.

El gobierno de Rodrigo Paz Pereira suspendió la subvención de los combustibles. Una decisión excelente e ineludible, aunque dolorosa. No hay buen boliviano, pensante, que no esté de acuerdo con esta medida. Y ahora, ¿cuánto del apoyo prometido está efectivamente con Rodrigo? Su vicepresidente, Lara, se declaró abiertamente en contra de las medidas lanzadas por el actual gobierno de Paz Pereira. Tuto, insiste en buscar peros a las medidas sugiriendo mantener la subvención de gasolina para los transportistas ¿Tuto sabe que probablemente algunos “transportistas” comercian con este producto subvencionado? ¿No? O el asunto es solo oponerse…porque así, no creo que esté ganando rédito político, especialmente en quienes hasta hoy todavía lo apoyan. Además, Milei, el presidente argentino, enseñó que las medidas graduales o sectoriales, no funcionan. Tiene que haber shock. Finalmente, no se puede, no se debe, volver atrás, porque esa vuelta significaría el suicidio político del gobierno y la condena a la podredumbre del país.

Franklin E. Alcaraz Del C. | Periodista columnista