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Victoria Kast en Chile es otro triunfo de la derecha global

El presidente electo pertenece a un movimiento global de derecha que ha ascendido al poder en todo el mundo al dar prioridad al orden público estricto y al cierre de las fronteras.

Internacional | Agencias | 2025-12-15 21:37:00

José Antonio Kast lo había visto venir. “Nuestras ideas ya ganaron. Nuestras ideas ya ganaron en Estados Unidos, en Italia, en Argentina”, dijo en la radio chilena un día después de la toma de posesión del presidente Donald Trump en enero. “Y en Chile también vamos a ganar”.

Este domingo, finalmente lo consiguió. Kast fue elegido presidente de Chile en su tercer intento; logró una victoria rotunda contra su oponente política de izquierda y empujó al país decididamente hacia la derecha, mientras los chilenos buscaban soluciones de mano dura al aumento de la violencia y la inmigración ilegal.

Kast, un severo padre de nueve hijos con profundas raíces ideológicas en el catolicismo conservador y el neoliberalismo económico, pertenece a un movimiento global de derecha que ha ascendido al poder en todo el mundo al dar prioridad al orden público estricto y al cierre de las fronteras. El domingo obtuvo el 58 por ciento de los votos.

“Chile no puede acostumbrarse al miedo. Chile no puede acostumbrarse al fuego”, dijo en su discurso de victoria el domingo por la noche. “Chile volverá a ser libre del crimen”.

Kast ha adoptado una expresión, “chilenos primero”, que imita el lema de Trump “Estados Unidos primero”, y ha prometido construir una barrera física en la frontera norte de Chile, que un número significativo de migrantes venezolanos ha cruzado en los últimos años.

Este año habló en una cumbre de la Conferencia de Acción Política Conservadora en Hungría; elogió al primer ministro del país, Viktor Orbán, y despotricó contra el multiculturalismo y la corrección política. Y este mes, Kast se reunió con el ministro de Seguridad de El Salvador, cuyo presidente, Nayib Bukele, ha sido elogiado por su dura represión contra las pandillas, aunque se le ha acusado de violaciones de los derechos humanos.

Algunas de las cosas que escuchó en la reunión, dijo Kast, “podrían también eventualmente aplicarse en Chile”.

Sin embargo, Rodolfo Carter, senador chileno y portavoz de la campaña de Kast, dijo que, de los líderes de todo el mundo, Kast tiene, por mucho, una mayor afinidad con Giorgia Meloni.

El vínculo a 11.300 kilómetros de Kast con la primera ministra italiana, con la que se reunió en septiembre y a la que llamó hace unas semanas, sugiere una clara estrategia que, según los analistas, fue decisiva para que Kast obtuviera un apoyo más amplio y llevara a cabo una campaña victoriosa.

Como Meloni, Kast fue en su día un candidato marginal considerado demasiado extremista. Como Meloni, cuyo partido nació de las cenizas del sangriento experimento italiano con el fascismo, Kast tiene una relación tensa con la brutal historia de dictadura de su país. Y, al igual que Meloni, recientemente ha tratado de restar importancia a sus posiciones más duras para atraer a los votantes de la corriente dominante.

A diferencia de sus anteriores candidaturas, Kast —quien declinó ser entrevistado para este artículo— evitó mencionar algunas de sus posturas más polémicas, como la oposición al aborto o a la píldora del día después, y se apoyó en una plataforma más popular de ley y orden y de medidas drásticas contra la inmigración ilegal.

Claudio Fuentes, politólogo chileno afirmó que Kast comprendió desde un inicio que ambas cuestiones alarmaban a la gente y supo enfocarse en ellas.

Unrepunte de la delincuencia violenta en Chile en los últimos años, vinculado a la penetración de redes delictivas internacionales, impulsó la seguridad al primer plano de las preocupaciones de los votantes.

Kast visitó las zonas más castigadas por la delincuencia en Chile y prometió medidas estrictas, como el anuncio de una cuenta regresiva para que los migrantes se autodeporten o sean deportados.

Carter, el portavoz de la campaña, dijo que mientras el gobierno de Kast se prepara para enfrentarse al crimen organizado habrá bajas.

Kast también ha prometido recortar el presupuesto federal, aunque no ha dicho específicamente qué se recortaría.

Aunque las prioridades de Kast son similares a las de Trump, Carter rechazó de plano cualquier comparación. Afirmó que no caerían en esa trampa y que no son una caricatura del movimiento de derecha

Kast hizo un llamamiento a la unidad y al respeto en su discurso de victoria del domingo, e instó a los chilenos a unirse para resolver lo que denominó estado de emergencia nacional, y añadió que será el presidente de “todos los chilenos”.

Sin embargo, los críticos se muestran escépticos de que la estrategia política de Kast para suavizar su imagen sea algo más que una fachada temporal.

Sergio Aguiló, político socialista y exlegislador que trabajó con Kast en el parlamento chileno, dijo que todos están al tanto de quién es en realidad.

Kast, político de carrera, nació en Santiago de Chile, hijo de inmigrantes alemanes. Su padre, Michael Kast, luchó en el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial.

Después de que un periodista chileno publicara un documento en el que se demostraba que su padre era miembro del partido nazi, Kast rechazó la afirmación, y dijo que solo era un soldado recluta del ejército nazi y que tanto él como su padre aborrecían el nazismo. Su hermano, Miguel Kast, fue ministro durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, la cual mató y desapareció a miles de personas.

Kast ha participado activamente en la política desde que era estudiante de derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago. Era seguidor de Jaime Guzmán, académico de derecho que fue uno de los principales arquitectos ideológicos de la dictadura de Pinochet.

A finales de la década de 1980, Kast, mientras estaba en la universidad católica, hizo campaña a favor de la continuación de la dictadura militar en Chile, propuesta que los votantes rechazaron en un plebiscito.

Con los años, ha reconocido las violaciones de los derechos humanos, pero ha seguido expresando cierto apoyo a la dictadura. En el gobierno militar “se hicieron muchas cosas por los derechos humanos”, dijo Kast en 2017, al citar las mejoras de la economía chilena bajo Pinochet.

Algunos de sus partidarios parecen estar de acuerdo. Recientes sondeos de opinión muestran que, en los últimos años, ha disminuido el número de chilenos que condenan inequívocamente la dictadura, y cada vez son más los que piensan que la dictadura hizo cosas buenas y malas.

Erika Moscoso, quien votó por Kast y vive en el pueblo andino de Cariquima, en el norte del país, dijo que la gente necesita un puño de hierro como el de la era de Pinochet y que entonces su comunidad vivía en calma.’

Kast evitó mencionar el régimen dictatorial de los militares durante la campaña y se mantuvo alejado de algunos de los temas religiosos centrales que han definido su carrera política.

Después de ser elegido diputado en 2001, Kast destacó por su trabajo en cuestiones educativas y familiares. Fundó el “frente parlamentario por la vida” —un grupo de legisladores enfocado en oponerse al aborto y promover los valores tradicionales— y también se opuso a la venta y distribución de la píldora del día siguiente.

Pablo Longueira, destacado político conservador afirmó que estas eran las cuestiones que más motivaban a Kast, y que era un hombre de principios sólidos.

Aguiló, el legislador veterano, dijo que solía bromear con Kast sobre sus posturas intransigentes, que destacaban incluso dentro de su partido, el cual era el más a la derecha del país en ese momento.

Aguiló recordó que dijo a Kast que no podía imaginar que existiera alguien aún más a la derecha que los colegas del ahora presidente electo.

Kast se separó de su partido en 2016, y más tarde fundó uno nuevo, el Partido Republicano, basado en los principios de la “defensa de la vida humana desde la concepción”, los valores familiares y la economía de mercado.

Habló públicamente de que él y su esposa no utilizaban anticonceptivos y en 2022 se convirtió en presidente de la Political Network for Values, una organización internacional antiabortista que, según su sitio web, promueve el matrimonio estrictamente heterosexual y creen que es un “derecho de los padres elegir la educación de sus hijos”, además de oponerse a la eutanasia.

En un debate electoral celebrado este año, Kast dijo que no había cambiado de opinión sobre sus valores fundamentales, pero decidió hacer hincapié en lo que consideraba asuntos más importantes para los chilenos: la seguridad, el empleo y el crecimiento económico.

Kast ya había empezado a hablar de la cuestión de la seguridad en 2021, al inicio del aumento de los asesinatos en Chile y cuando se había producido un salto significativo de la inmigración ilegal. Pero en aquel momento, el país salía de enormes manifestaciones en las que se pedía igualdad y justicia social y había elegido a un presidente de izquierda, Gabriel Boric, cuya plataforma de campaña hablaba de esas preocupaciones.

Ahora, una reciente encuesta de Ipsos muestra que el 60 por ciento de los chilenos quiere que el gobierno dé prioridad a la reducción de la delincuencia.

En referencia al crimen y la inmigración, Patricio Dussaillant, estratega de medios de comunicación que asesoró a Kast durante su campaña de 2021, dijo que Kast ya contaba con credibilidad en esas cuestiones, la diferencia era que, anteriormente, dichos temas no formaban parte de la agenda política pero que, ahora, sí estaban en ella.