Bolivia debutó en sus primeros Juegos Olímpicos en 1936 (Berlín), participando en natación y tiro deportivo. Luego hubo un salto hasta 1964 (Tokio). A partir de Tokio, asistimos a todos los demás Juegos Olímpicos (con excepción de Moscú 1980) hasta París 2024.
Siempre con delegaciones muy reducidas y con tarjetas de invitación. La excepción sería la clasificación por mérito propio del fondista Héctor Garibay a París 2024, luego de establecer un nuevo récord nacional de 2:07:44 en el maratón, en Sevilla, el 19 de febrero de 2023.
En el Maratón Internacional de Ciudad de México, Garibay volvió a sorprender, dejando atrás a una escuadra de keniatas y ganando con 2:08:23, récord de la carrera aún imbatido a dos años de haber sido establecido.
Quienes conocemos algo de atletismo sabemos que no hay dos carreras iguales. Quizás por ello Garibay no tuvo mucha fortuna en el Maratón de París 2024, además de otros factores que lo desconcentraron, conformándose con ser el mejor tercer sudamericano con un crono de 2:15:54 (digno registro, hay que decirlo).
En las últimas semanas nos sorprendió que, junto a la maratonista Jhoselyn Camargo (2:40:24) y al prometedor fondista potosino Rubén Arando (2:21:19), hayan decidido renunciar a formar parte de la delegación boliviana a los Juegos Bolivarianos de Ayacucho – Lima.
¿El motivo? El retiro de ciertos apoyos financieros y la obligación de tener que pagar para integrarse a la delegación. En suma, falta de apoyo decidido por parte del Comité Olímpico Boliviano y la Federación Atlética de Bolivia.
En el maratón de estos juegos, Garibay pudo haber disputado el podio si hubiera repetido el crono que hizo en París, pues el peruano Cereceda ganó con 2:16:38. El otro boliviano que corrió allí lo hizo en 2:32:23, obviamente demasiado alejado de los registros de Héctor Garibay.
Así, nos dimos el lujo de no enviar a un corredor de élite internacional a esta justa deportiva regional, como tampoco lo enviamos al Mundial de Atletismo de Tokio este mismo año, donde el tanzano Alphonce Simbu logró el oro con 2:09:48 (comparemos este tiempo con lo que hizo Garibay en México).
LAS TABLAS
Hablaba un dirigente del Comité Olímpico Boliviano sobre ciertas tablas de requisitos que, supuestamente, no cumplieron Arando, Camargo y Garibay. ¿De qué tratan dichas tablas? ¿Qué requisitos piden? ¿Son requisitos del Comité Olímpico Internacional o solo están hechas aquí? Lo cierto es que atribuyen puntaje “hasta por respirar” (lo decía Jhoselyn Camargo). Debería respetarse la trayectoria y los registros personales… pero…
Decía el dirigente que aquellas tablas apuntan a la participación en las próximas Olimpiadas. Es así que Garibay podría quedar fuera de la cita mundial en 2028 porque ya tendrá 40 años.
EL EJEMPLO
Ser-Od Bat Ochiryn es un maratonista mongol que, habiendo participado en cinco olimpiadas anteriores, todavía corrió en París 2024 con 42 años, registrando 2:42:33, siendo el último en llegar a la meta, en una digna despedida del olimpismo. Claro, su registro personal, logrado en mejor momento y más joven, es 2:08:50. Pero este hombre tiene todo el respaldo de su Federación de Atletismo, que nunca dudó en apoyarlo en varios campeonatos mundiales y Juegos Olímpicos, aunque fuera con tarjetas de invitación.
Habrá que ir pensando en una digna despedida de Héctor en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Todavía se lo ve íntegro y acaso pueda clasificar por mérito propio; de no ser así, habrá que acudir a la universalidad del espíritu olímpico y gestionar una tarjeta de invitación para despedir al hombre que nos mostró y enseñó lo que significa ser corredor de élite.
Entretanto, huelga decir que somos el único país sudamericano sin medalla olímpica aún. Seremos olímpicos cuando se masifiquen varios deportes, se apoye decididamente y tengamos dirigentes con sentido común.
