
Surinam atraviesa una crisis institucional que podría derivar en una suspensión por parte de la FIFA, un escenario que afectaría directamente al partido de repechaje ante Bolivia, programado para el 26 de marzo de 2026 en Monterrey.
La Federación de Fútbol de Surinam (SVB) enfrenta demandas en tribunales ordinarios interpuestas por dos agrupaciones —Oldenstam y Kurban— que participaron en las últimas elecciones y perdieron la conducción de la entidad. Las acciones judiciales derivaron en el congelamiento de las cuentas bancarias de la SVB, situación que paraliza la gestión administrativa y, entre otros efectos, ha impedido contratar al nuevo seleccionador tras la renuncia de Stanley Menzo hace dos semanas.
El bloque Oldenstam fue más allá al solicitar el embargo de las cuentas de la Federación, medida que la SVB calificó como “ilegal” y contraria al espíritu deportivo. “Esta acción es de mala fe y no beneficia a nadie. El objetivo parece ser obstaculizar el funcionamiento de la SVB”, señaló la institución en un comunicado difundido por la prensa local.
La Federación recordó que, conforme al reglamento de la FIFA, no está permitido recurrir a tribunales civiles salvo en casos excepcionales. Aunque la legislación surinamesa permite estas demandas, el organismo internacional mantiene una postura firme: la justicia ordinaria no debe intervenir en la gobernanza del fútbol.
Debido a este conflicto, la SVB reconoce que está expuesta a graves sanciones, entre ellas la suspensión o la instauración de un comité de normalización. Una sanción de este tipo implicaría la interrupción temporal de todas las actividades futbolísticas del país, tanto a nivel nacional como internacional.
Mientras tanto, Surinam continúa sin entrenador para encarar el repechaje ante Bolivia. Con las cuentas congeladas y la dirigencia limitada para realizar contrataciones, la designación del nuevo técnico podría tardar más de lo previsto, complicando la preparación para un duelo clave rumbo al Mundial 2026.