
Los candidatos Nasry “Tito” Asfura y Salvador Nasralla encabezaban en las primeras horas del lunes el conteo preliminar de las elecciones presidenciales hondureñas, señalando un posible retorno conservador tras cuatro años de gobierno izquierdista. Con 53% de las actas escrutadas, Asfura, conservador del Partido Nacional, obtenía 40,00% de los votos frente al 39,8% del centrista Nasralla, del Partido Liberal, una diferencia de apenas 17.000 votos. La candidata oficialista Rixi Moncada del izquierdista partido Libre quedaba relegada al tercer lugar con 19,2%, un resultado que marca un giro político dramático en el país centroamericano.
La jornada electoral se desarrolló con relativa normalidad el domingo, con una participación de aproximadamente 2,8 millones de votantes de los 6 millones habilitados, aunque la publicación de resultados preliminares se retrasó más de una hora por problemas técnicos en el Consejo Nacional Electoral. Asfura, visiblemente molesto antes de conocerse los primeros datos, exigió públicamente a la presidenta del CNE que acelerara la divulgación de cifras, afirmando que el país no debía permanecer “en ascuas, en tinieblas”. Estados Unidos ha seguido de cerca el proceso y aplaudido la alta participación ciudadana.
Las elecciones estuvieron marcadas por el inesperado respaldo del presidente estadounidense Donald Trump a Asfura, a quien calificó como “el único verdadero amigo de la libertad en Honduras” y prometió “mucho apoyo” si resultaba ganador. Trump también vinculó su apoyo a la lucha contra el narcotráfico y el régimen venezolano de Nicolás Maduro, en un contexto donde su administración ofreció un futuro indulto al ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández, del mismo Partido Nacional que Asfura, quien cumple condena por narcotráfico en Estados Unidos. Nasralla, quien fue designado presidencial (vicepresidente) bajo el gobierno de Xiomara Castro hasta su renuncia en 2024, mantiene la esperanza de remontar los resultados conforme avance el escrutinio.