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Del extremo a la gloria: Haití y Curazao firman una histórica clasificación al Mundial 2026

Jugadores de Haití celebran el pase al Mundial 2026.
Deportes | El Día - Agencias | 2025-11-19 20:51:00

Haití hizo posible lo imposible. En medio del caos político, la violencia diaria y un presente social que amenaza incluso los sueños más básicos, la selección caribeña logró este martes una de las gestas deportivas más conmovedoras de los últimos tiempos. Venció 2-0 a Nicaragua, aprovechó el empate entre Honduras y Costa Rica y, así, selló su regreso a un Mundial después de 52 años, desde aquel recordado debut en Alemania 1974.

Hablar de milagro no es exagerado. Ninguna otra selección del planeta compite bajo condiciones tan adversas. El detalle más impactante lo demuestra todo: Haití no juega como local en Haití. No puede. La inseguridad generalizada y el control de grupos armados sobre Puerto Príncipe obligaron a la federación a trasladar su sede deportiva. Por ello, sus últimos “partidos de local” se jugaron en Curazao y, en ocasiones, en Aruba.

Y es justamente en esa isla donde se escribió otra página histórica. Curazao se convirtió en la nación más pequeña en clasificar a un Mundial, un logro sin precedentes. Con apenas 156.115 habitantes, según su Oficina Central de Estadística, superó el récord que ostentaba Islandia, cuya participación en Rusia 2018 era considerada hasta hoy la mayor hazaña demográfica del fútbol.

En un mismo proceso clasificatorio, el Caribe regaló dos historias que trascienden el deporte: la resiliencia de Haití y la proeza poblacional de Curazao, dos países que, desde realidades distintas, inscribieron por primera vez juntos sus nombres en la Copa del Mundo.