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El primer gran revés de Noboa: Ecuador dice no a todas sus reformas constitucionales

El referéndum muestra el rechazo de los ecuatorianos a un cambio profundo de la Constitución, a la instalación de bases militares extranjeras o la reducción de asambleístas.

Simpatizantes del Movimiento Revolución Ciudadana celebran el triunfo del “No” en el referéndum este domingo, en Quito (Ecuador).
Internacional | El País | 2025-11-17 07:47:40

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha sufrido este domingo su primer revés en sus dos años de gobierno. El líder conservador convocó a 13,9 millones de ecuatorianos a las urnas en una consulta que pretendía, en último término, una profunda reforma de la Constitución y la respuesta fue inesperada por su contundencia. Los ecuatorianos rechazaron las tres preguntas planteadas en el referéndum —con las que se buscaba cambiar la Constitución para instalar bases militares extranjeras, acabar con la financiación estatal de los partidos o la reducción de asambleístas— y fueron aún más firmes respecto la consulta popular que daba un cheque en blanco a Noboa para reescribir un nuevo texto constitucional, la cuestión más decisiva. “Consultamos a los ecuatorianos y ellos han hablado. Respetamos la voluntad del pueblo”, asumió el presidente en su cuenta de X tras conocerse los resultados. Sus próximos movimientos son inciertos.

Los ciudadanos llegaron agotados a estas votaciones, las terceras en solo un año. Y las séptimas en solo dos. El país amaneció con miles de militares en calles, barrios y recintos electorales. La sombra de los ataques con explosivos que han sacudido al país en las últimas semanas estuvo muy presente y el enorme operativo de seguridad convirtió la jornada electoral en una nueva demostración de fuerza del Estado. Más de 118.000 policías y militares se desplegaron para custodiar las urnas.

Alrededor de las 23.00 el resultado era ya casi definitivo. El no ganaba en todas las respuestas. La pregunta acerca de las bases militares era rechazada con un 60,6% de los votos en contra. El no a dejar de financiar los partidos con dinero público alcanzaba el 58% y el de reducir el número de asambleístas llegaba al 53,4%. La pregunta final y la más importante para Noboa, la que abría un proceso constituyente, obtenía el máximo rechazo con un 61,6% de los votos.

“Este resultado deja demasiado frío al Gobierno. No era para nada lo esperado”. Para Luis Carlos Córdova, investigador del Observatorio Ecuatoriano de Conflictos, el resultado del referéndum expone a un Ejecutivo que ha perdido el pulso del país y que llegó a la consulta sin un rumbo claro. El analista sostiene que el presidente abrió debates de alto voltaje político sin detallar su propósito, lo que alimentó la desconfianza ciudadana: “Esa falta de claridad se agravó cuando el mandatario propuso una Constituyente sin explicar qué pretendía hacer con ese poder extraordinario”, dice. “Cuando no sabes a quién les das ese poder ni qué va a hacer con él, el ciudadano opta por la prudencia”.


Una de las lecturas que han hecho los analistas es que Noboa se ha equivocado leyendo la voluntad popular. En las últimas semanas, se ha vivido una efervescencia en las calles como hacía años que no se veía a favor del no en el referéndum. “Ese despertar responde al giro autoritario de Noboa, que ha levantado una enorme resistencia social”, analiza Córdova. Y entre los más movilizados han destacado los indígenas, que representan casi un 8% de la población. “No es de celebrar, pero sí hay que tener la tranquilidad de asumir que este triunfo es de la gente de a pie”, dijo el dirigente indígena Leonidas Iza.

“Una Asamblea Constituyente es innecesaria”, aseguró Luisa González, excandidata a la presidencia por Revolución Ciudadana. “Aquí estamos para trabajar por 18 millones de ciudadanos por los que no votan por nosotros también, porque aquí hay que dejar el odio y trabajar con amor por este país”, celebró la exasambleísta del partidp del expresidente Rafael Correa, impulsor del último texto constitucional de 2008.

Reescribir la Constitución se ha convertido casi en una forma de hacer política. Ecuador ha tenido 20 textos constitucionales desde 1830. Cada presidente ha intentado moldear una nueva carta magna a su medida, en un ciclo que se repite con sorprendente regularidad: cada Constitución ecuatoriana ha durado, en promedio, poco más de nueve años. Convocar una constituyente no suena excepcional en el país, sino parte de una práctica histórica que los gobiernos han usado para reorganizar el tablero político a su favor. En el caso de Noboa ha fracasado.

En el entorno de Noboa se ha evitado interpretar los resultados como un revés. “Muchos políticos querrán adueñarse del resultado, pero fue el pueblo el que habló. Y este Gobierno se caracteriza por hablar directamente con la gente, sin intermediarios”, afirmó a El Universo el asambleísta Andrés Guschmer, de Acción Democrática Nacional, el partido del presidente. “Nosotros seguiremos buscando las vías legales para dar paz, seguridad y prosperidad a todos los ecuatorianos”, añadió, en la misma línea que su jefe.

La derrota, en cualquier caso, no deja de ser significativa porque Noboa conserva una popularidad sólida por encima del 50%, y ha mantenido una buena relación con un Consejo Electoral que rara vez incomoda al Ejecutivo. Aun así, los 13 días de campaña fueron una carrera desigual. El mandatario repartió ayudas sociales, presentó a diario a delincuentes capturados, buscó blindarse con gestos de autoridad y hasta recibió la visita de la secretaria de Seguridad estadounidense, Kristi Noem, una puesta en escena que pretendía proyectar respaldo internacional. Nada de eso alcanzó para lograr su objetivo.

A mitad de la jornada, Caroline Ávila, como buena parte de los analistas del país, no creía posible que el no se impusiese en las cuatro preguntas de la consulta. Tras comprobar los resultados con sorpresa, Ávila interpreta “una profunda desconfianza en la voz presidencial”, que se vio alimentada por los “errores de gestión y comunicación” del propio mandatario y de su entorno durante la campaña. Según la analista, Noboa ha acumulado decisiones contradictorias, mensajes confusos y un estilo de gobierno que ha minado su credibilidad.

Tras la consulta hay una nueva pregunta que ronda a los ecuatorianos: ¿qué esperar a partir de mañana? “Que el Gobierno empiece a gobernar”, zanja el investigador Luis Carlos Córdova. “Porque lo que ha hecho en estos dos últimos años ha sido vivir de un simulacro democrático, presentando muchos shows mediáticos, pero sin gestión basada en políticas públicas, ni siquiera en materia de seguridad”.