Bajo el penoco

Lara y su enorme ego

| 2025-11-04 07:22:05

Edmand Lara parece no entender que el tiempo del mitin ya terminó. Su insistencia en convocar una concentración paralela en San Francisco, apenas minutos después de jurar como vicepresidente, revela una peligrosa manía: la de medir fuerzas con el presidente electo. En lugar de sumarse a la institucionalidad y acompañar la agenda de reconstrucción nacional, Lara busca reafirmar su propio protagonismo, como si el voto popular lo hubiese elegido para liderar una causa personal. El gesto, simbólicamente innecesario, deja entrever tensiones prematuras dentro del nuevo gobierno. Mientras Rodrigo Paz intenta proyectar moderación y orden, su vicepresidente parece moverse al compás de la épica populista: la plaza, el grito, el “yo estuve con ustedes”. Pero un vicepresidente no es un caudillo en pausa, sino un apoyo estratégico del jefe de Estado. Si Lara insiste en construir su propio escenario, corre el riesgo de dinamitar la relación más importante del próximo quinquenio y convertir la esperanza de cambio en un duelo de egos.