Bajo el penoco

Luis Arce y el miedo a dar la cara

| 2025-10-23 00:08:00

Luis Arce no quiere dar la cara. Su decisión de no asistir a la transmisión de mando al presidente electo Rodrigo Paz no es un simple gesto protocolar: es una confesión silenciosa. Sabe que no encontrará aplausos, sino abucheos; no habrá reconocimiento, sino reproche. Tal vez le avergüenza el país que deja, un país empobrecido, dividido y sin rumbo, donde la mentira oficial fue la única política de Estado. Durante años, Arce se refugió en cifras maquilladas y discursos interminables sobre un modelo económico que hace tiempo dejó de funcionar. Hoy, sin el resguardo de la propaganda, prefiere ausentarse antes que enfrentar la verdad: la de un Estado desmoronado y una población cansada de promesas vacías. Decir que “no es necesario” asistir al cambio de mando es, en realidad, admitir que ya no tiene nada que decir. No hay discurso que oculte la crisis, ni estadísticas que tapen el fracaso. Arce huye del espejo del poder porque sabe que, al mirarse, solo verá el reflejo de su propio desastre.