
Tras la valiosa victoria ante Jordania por 1-0, la Selección de Bolivia afronta este martes (13:00) su segundo examen rumbo al repechaje del Mundial 2026, enfrentando a Rusia en el estadio VTB Arena. Aunque el objetivo es lograr un buen resultado, el equipo tendrá un reto difícil por las bajas confirmadas por el entrenador Óscar Villegas y el intenso frío en la región rusa.
“En Bolivia tenemos climas muy variados. Roberto Carlos Fernández, quien me acompañó a la conferencia, viene de jugar en lugares donde hace 32 grados, pero nosotros estamos acostumbrados al frío de La Paz y El Alto. Esto no nos afectará; nuestro rendimiento será bueno y no dependerá del clima”, aseguró Villegas a Sports 360 durante la conferencia de prensa en Moscú.
El DT resaltó además la adaptabilidad del fútbol boliviano: “El fútbol es muy popular en todo el país y cada equipo entrena según su región. Estamos listos para jugar en cualquier lugar, con calor, frío o humedad. Otros equipos deberían estar preparados de la misma manera”.
Para medirse ante Rusia, Bolivia tendrá cuatro bajas: Carmelo Algarañaz, Lucas Chávez y Moisés Paniagua por lesión, y el defensor Diego Arroyo, quien no recibió autorización de su club, el Shakhtar Donetsk, debido al conflicto bélico en Ucrania. Villegas destacó que estas ausencias abren oportunidades para otros jugadores: “Este tipo de partidos nos permite dar minutos a quienes no venían jugando. Confiamos en que rendirán bien frente a Rusia”.
Sobre el rival, Villegas destacó su estilo: “Rusia tiene un juego muy físico y táctico, presionan mucho y estamos buscando alternativas para contrarrestar su estilo”. Recordó también el antecedente histórico: “Bolivia enfrentó a Rusia en la Copa Nehru de 1993. Han pasado 32 años, y sabemos que tienen un técnico con experiencia en España que está trasladando esa influencia a su selección”.
Con este segundo desafío, Bolivia busca consolidar su preparación y demostrar que puede competir ante rivales de nivel mundial, como lo hizo contra Jordania, donde Robson Matheus marcó un verdadero golazo para celebrar la victoria.