
El presidente Donald Trump ha declarado a los cárteles de droga como “combatientes ilegales” e informó a los miembros del Congreso que Estados Unidos se encuentra en un “conflicto armado no internacional” con ellos. “El presidente determinó que estos cárteles son grupos armados no estatales, los designó como organizaciones terroristas y concluyó que sus acciones constituyen un ataque armado contra Estados Unidos”, señala un memorando del Pentágono, obtenido por Associated Press y The New York Times. Esta medida llega después de que el presidente ordenara cuatro ataques armados en el Caribe contra embarcaciones que, según su administración, transportaban drogas. Diecisiete presuntos narcotraficantes murieron en dichos ataques, al menos tres de los cuales ocurrieron cerca de las costas de Venezuela. Expertos legales y organizaciones de derechos humanos cuestionaron las acciones de Trump, señalando que sientan un peligroso precedente sobre el uso del poder ejecutivo. Sin embargo, al afirmar que sus acciones forman parte de un conflicto armado activo, Trump parece estar utilizando poderes de tiempos de guerra para justificar los ataques.
El presidente estadounidense ha sido enfático en sus amenazas contra los cárteles de droga. “Si intentan envenenar a nuestro pueblo, los vamos a borrar de la faz de la tierra, porque ese es el único lenguaje que entienden”, dijo el presidente a líderes militares en un discurso el martes en Quantico, Virginia. El aviso fue enviado a varios comités del Congreso el miércoles, después de que legisladores demócratas pidieran a la administración acudir al Congreso y solicitar autoridad de poderes de guerra para continuar con los ataques. La Casa Blanca no respondió a la solicitud de comentarios del Miami Herald. En un conflicto armado, un país puede matar legalmente a combatientes enemigos incluso cuando no representen una amenaza inminente. “El presidente ordenó al Departamento de Guerra llevar a cabo operaciones contra ellos de acuerdo con el derecho de los conflictos armados. Estados Unidos ha llegado ahora a un punto crítico en el que debemos usar la fuerza en defensa propia y en defensa de otros contra los ataques continuos de estas organizaciones terroristas designadas”, afirma el memorando. Trump se ha jactado de los ataques y afirmó que algunas de las embarcaciones eran operadas por la banda venezolana Tren de Aragua. El gobierno de Estados Unidos ha declarado a ese grupo —junto con varios cárteles de droga latinoamericanos, incluyendo al también venezolano Cartel de los Soles— como organizaciones terroristas extranjeras. “Recientemente hemos comenzado a usar el poder supremo de las fuerzas armadas de Estados Unidos para destruir a los terroristas y redes de tráfico venezolanas lideradas por Nicolás Maduro”, dijo Trump la semana pasada ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. “A todo matón terrorista que esté traficando drogas venenosas hacia Estados Unidos: estén advertidos, los vamos a borrar de la existencia”. La Casa Blanca afirmó que el presidente estaba utilizando sus poderes ejecutivos bajo el Artículo II de la Constitución para defender al país. Pero los expertos legales cuestionaron ese argumento. “El presidente no puede simplemente declarar que estamos en guerra”, dijo al Herald el mes pasado la profesora Rachel E. VanLandingham, de la Facultad de Derecho Southwestern y exjueza de la Fuerza Aérea, experta en derecho militar. “Esto fue una matanza intencional”. El aviso sobre los combatientes ilegales se emitió en medio de recientes informes de los medios que sugieren que la administración está revisando planes para operaciones selectivas dentro de Venezuela. NBC News informó que entre las opciones en consideración se incluyen ataques con drones contra líderes de cárteles y laboratorios clandestinos de drogas. Aunque aún no se ha tomado una decisión final, funcionarios dicen que las acciones podrían comenzar “en cuestión de semanas”.