Preguntas absurdas

El senador masista Leonardo Loza parece vivir en otro país, o al menos finge no entender en cuál. Con tono de víctima, cuestiona: “¿Mañana quién va a ser? ¿A quién van a detener?”. Sus palabras retratan el cinismo con el que el MAS ha normalizado el crimen, como si atrapar a peces gordos del narcotráfico fuese un pecado y no un deber elemental del Estado. Loza habla como si fuera un secreto que el Chapare está tomado por narcos, como si nadie supiera que Bolivia se ha convertido en un narcoestado bajo el amparo político del evismo. La captura de Felipe Cáceres, ex zar antidrogas de Evo Morales, en un laboratorio de cocaína dentro de su propiedad, es solo la confirmación de lo que se sabía desde hace años: la política fue transformada en sinónimo de crimen. En lugar de indignarse por la podredumbre que hoy aflora, Loza exige que le avisen con anticipación quién será el próximo detenido. Así, convierte en absurdo lo obvio: que en un país que normalizó el delito, la justicia aún sorprenda cuando intenta cumplir su tarea.