En una columna anterior mencioné a una serie de narcos extranjeros que “trabajan” en y con el país todavía multipluri, ¿por qué, entonces, el gobierno del MAS se empeña en llamar “emisarios” a los narcos extranjeros que se encuentran en nuestro territorio? Un total de 1.113 extranjeros fueron aprehendidos en Bolivia por narcotráfico durante los cuatro años y ocho meses de gestión de Luis Arce según el ministro Jaime Mamani (https://enfoquenews.com.bo/2025/06/29/hubo-1-113-extranjeros-detenidos-por-narcotrafico-en-gestion-de-arce/). Ojo: Un mil ciento trece extranjeros detenidos por narcotráfico, que probablemente son los menos y los de más “abajo”. La pregunta es ¿cuántos extranjeros se encuentran actualmente “trabajando” en la ilegal y floreciente “industria” del narcotráfico en el país multipluri? Probablemente muchos… y no lo sabemos. Aún así, el gobierno del MAS, insiste en llamarlos “emisarios”. Bueno, por lo menos no los llama “mensajeros”, (aunque ese debería ser su rol).
Intentemos una hipótesis que puede o no ser admitida por unos y otros. Para empezar, a ningún gobierno, sea de derecha, de izquierda, de arriba, de abajo, del centro o adentro, de “al lado” o “de costado”, le conviene, políticamente hablando, admitir la presencia de cárteles de narcotraficantes. Eso duele, como sabemos que le duele, por ejemplo, a México, Brasil o Colombia y algunas naciones balcánicas de Europa que son países que, aunque lo intenten, no pueden negar la existencia de este tipo de cárteles. Lo de Venezuela es otro cantar. Allí el “grande capo” del cártel mayor, es también “grande capo” del gobierno, según Trump.
Partiendo de esa premisa, posiblemente, ojo, posiblemente, repito, para el gobierno multipluri, entonces, los narcocárteles están en los países citados, de donde envían sus “emisarios” al país multipluri y a otros. Así, aparece una “construcción” creíble y aparentemente irrefutable para “afirmar” que en Bolivia no hay narcocárteles, solo “emisarios” de los narcocárteles mexicanos, colombianos, venezolanos, europeos y brasileños. Pero, como dice una frase popular “algo no encaja” en esta explicación. Resulta que un “emisario” es, según el diccionario de la RAE: un “Mensajero que se envía para indagar lo que se desea saber, para comunicar a alguien algo o para concertarse en secreto con tercera o terceras personas”.
La pregunta es si un “emisario” tiene autoridad suficiente para ejercer todas las actividades de su organización, en este caso ilícitas, desde el lugar donde supuestamente debe obtener solamente información para llevarla a sus jefes; pero vemos, en el caso del país multipluri, “emisarios jefes” (¿?). ¿O los narcos no se dieron por aludidos que tenían que ser solo “emisarios”?
Al respecto, para citar los más conocidos: Sebastián Marset por ejemplo, o uno de los líderes del PCC, Sergio Luiz de Freitas Filho (del que además el Director Nal. de la FELCN dijo que no tiene cargos en Bolivia – “El día”, 18/IX/2025 - ¿Vacaciona en Bolivia?), o de Marcos Roberto de Almeida, alias Tuta. Más atrás en el tiempo, Stefano Ferrari (italiano), que vivía con Fabio Andrés Espinoza (Colombiano) (https://www.opinion.com.bo/articulo/policial/santa-cruz-capturan-lider-narco-mas-buscado-italia/20110412201300395510.html), o Gilberto aparecido Dos Santos que según Infobae vivía y operaba en Bolivia (https://www.infobae.com/america/america-latina/2022/12/23/mafias-de-narcotraficantes-invaden-bolivia-desde-brasil/). Y hay más. Todos estos “emisarios” vivieron en Bolivia, compraron bienes, casas (vivían como reyes según la prensa). Marset inclusive tenía a sus hijos en colegio, y como “emisario” ¿era dueño de avionetas y según él mismo, de una flota de barcazas…? en fin. No. No eran solo “emisarios”. Eran (¿o son todavía?) “grandes capos” del narcotráfico. ¿Quieren seguir llamándolos “emisarios”? entonces ¡que asuman, pues su función! Pero, a todo lo que pasó y lo que pasa en Bolivia, añádanle la violencia, los sicariatos, la cantidad de droga que se incauta, el acopio de droga, los hallazgos que hace la FELCN, las vías que usa el narcotráfico, la probable infiltración que sufren las instituciones del Estado, la sobreproducción de la materia prima para la elaboración de droga…Además, eso de “clanes familiares” también está quedando chico para explicar cómo los cárteles internacionales hacen negocios… y con quién (parece que hay que “recategorizar” aquello de “clanes familiares”).
Como sea, estos “emisarios”, para ser tales, debían limitar su actividad a lo que vinieron. Entonces, a los supuestos “emisarios” habría que decirles que no asuman funciones que no son de su competencia. Son “emisarios”, nada MAS ¿Qué parte no entienden? No jodan pues ché…