Recuerdos del Presente

Fraude innecesario

Fraude innecesario
Humberto Vacaflor Ganam | Columnista
| 2025-09-21 08:30:47

A mediados de septiembre, el gobernador de Salta describió una forma de fraude electoral que hacen los bolivianos del pueblo fronterizo de Aguas Blancas y ahora son los residentes bolivianos en Valencia que denuncian cómo los consulados siguen operando el fraude.

Esto confirma la sospecha de que el MAS, a pesar de que sólo obtuvo 3,17% de los votos, ha sido capaz de transferir su poder de fraude a la candidatura que más se le parece, al que tiene mensajes populistas, es decir al continuismo.

Hay un diputado sincero dentro del MAS –cosa rara–, de nombre Benjamín Vargas, que propone la prórroga el mandato del presidente Luis Arce, para lo que, por supuesto, sería necesario anular las elecciones del 19 de octubre.

Arce, quizá por pudor, si alguno tuviera, dijo que no, gracias, y que se propone dejar el gobierno el 8 de noviembre, con el país ya totalmente paralizado, como se había propuesto lograr el MAS desde 2006.

Sin embargo, dice que el legado de su gestión es haber industrializado el país, con lo que demuestra no estar enterado de que, en este momento, los soyeros dicen que no podrán sembrar 2 millones de hectáreas, los avicultores cierran, las lecherías lo mismo, y todas las actividades que necesitan diésel.

Aparte de Aguas Blancas y Valencia, el fraude dentro de Bolivia es apabullante, porque incluye los 1,2 millones de nuevos votantes creados por una delegación del gobierno de Venezuela en 2009, miles de fantasmas que figuran en las planillas del Estado y que votan religiosamente, pueblos enteros, de supuestos cocaleros, donde no hay nadie, pero en las elecciones aparecen miles de votantes…

Y están los masistas de corazón, todos aquellos que participan en el negocio de la droga, desde el cultivo de la hoja, su transformación en pasta base, luego en clorhidrato, el traslado hasta las avionetas y todas las formas de transporte, que incluyen miles de intestinos gruesos, valijas, contenedores y un largo etcétera.

Ahora, gracias a las iniciativas de la transnacional, a este ejército vinculado con la coca se suman algunos batallones de los que se han dedicado a cultivar marihuana, incluso en el altiplano más yermo, donde se han creado lo que se llaman “narco-ayllus”.

La geografía del poder narco atraviesa el país de Oeste a Este, incluye, además del famoso Chapare, todos los parques nacionales copados por cárteles mexicanos, colombianos, brasileños, paraguayos.

Si esto sigue avanzando, el fraude no será necesario.

Siglo21bolivia.com

Humberto Vacaflor Ganam | Columnista