Cultura & Espectáculos

La Fundación ArteCanto abrirá espacio cultural para jóvenes artistas y personas no videntes

Cultura & Espectáculos | | 2025-09-09 18:02:09

En 2018, en la sala de su casa, Giovanna Montaño reunió a diez artistas y un puñado de madres con fe inquebrantable. No había escenario, ni luces, ni micrófonos, solo un sueño: crear un espacio donde los jóvenes pudieran crecer a través del arte, y donde el canto, la danza y el teatro fueran también una forma de hacer comunidad.

Seis años después, ese sueño, se convirtió en la Fundación Coral y Orquestal ArteCanto, que tiene una estructura consolidada y un equipo comprometido con Montaño como directora y vicepresidenta. Con ella están firmes Brinly Vargas, presidenta; Jean Paul Guzmán, vocal; Claudia Antezana, secretaria; Carlos Villalba, tecnología y redes; Chichi Callejas, área legal; María Fernanda Aponte, coordinación; Ángeles Flores, redes y marketing; María José Arce, vocal; y Alison Lazo, área de danza. En el corazón artístico, dos aliados esenciales: Jorge Vespa y Mauricio Nogales.

No fue fácil. Montaño lo dice sin maquillaje: “Lo que más nos costó fue el apoyo económico”. No había fondos para vestuarios, utilería, sonido. Cada logro se construyó con esfuerzo colectivo. Pero el tiempo, la persistencia y el talento hicieron lo suyo: hoy ArteCanto es una familia artística que formó a decenas de jóvenes, llevado al escenario musicales de gran formato como Les Misérables, Mamma Mia!, The Greatest Showman y, ahora, Wicked. Son producciones que involucraron a más de 90 personas en escena y detrás de ella.

Montaño insiste: “El arte boliviano tiene calidad de exportación”. Y no es exageración: los espectáculos lograron giras internacionales y un reconocimiento que hace apenas seis años parecía impensable. Las conquistas, sin embargo, no son solo los aplausos. Han conseguido una resolución legal que respalda a la Fundación. También firmaron un convenio con una fundación alemana que los impulsa a seguir creciendo.

Ahora están haciendo posible, con sus propias manos, brochas y sueños, su propio hogar musical en un espacio otorgado por la Alcaldía. La idea es convertirlo en un espacio cultural abierto, con proyectos pensados también para sectores vulnerables, como las personas no videntes. “Estamos muy felices de contarles que ya tenemos un nuevo lugar de ensayo”, cuenta Montaño.. “Queremos que aquí florezcan el canto coral, el teatro y los musicales, y que cualquier persona con pasión por el arte pueda encontrar su lugar”, dice con un brillo en los ojos que no necesita traducción.

En la Fundación, entre partituras, paredes recién pintadas y voces que ensayan, la sensación es la misma que en aquella sala de hace seis años: que el arte puede transformar vidas. Que, como dice Montaño, “este sueño lo estamos construyendo juntos”.