Tribuna

PDC: lobo con disfraz de oveja

PDC: lobo con disfraz de oveja
Jhonny Vargas - Politólogo | Politólogo
| 2025-08-22 06:48:57

Pasaron las elecciones, el ánimo popular es de confusión por los resultados. El engaño permanece oculto e invisible para el corazón de las mayorías, pero uno de los candidatos a la vicepresidencia sigue escupiendo contra el pueblo todo el veneno que tiene guardado en el pecho. Nos recuerda al exmandatario cuando amenazaba a todo el mundo si no compartíamos sus ideas. La necesidad obliga a todos los candidatos que han pasado a segunda vuelta a hacer bien las cosas y pensar antes de hablar, a no caer en la guerra sucia. Al contrario, deben compartir su visión de país con el resto de la ciudadanía; de lo contrario, este escenario nuevo para los bolivianos, como es la segunda vuelta, terminará en desorden y caos electoral.

Todos esperamos que los humores y gestos de los candidatos se expresen en palabras ordenadas. Estamos saliendo de un régimen de opresión, pero muchos sospechan que podríamos entrar a un nuevo gobierno con la intención de oprimirnos. No se trata simplemente de escoger un partido político nacido de un sistema decadente. La mafia política en Bolivia se ha incrustado más allá de lo visible. Esta elección presidencial se hará según los fines de cada partido. En este caso, tenemos una alianza que se denomina Libre y un partido que se hace llamar Demócrata Cristiano, con las siglas PDC. Todo el mundo sabe que el exmandatario instruyó votar por Rodrigo Paz a último momento y, de esta manera, abandonó el barco que se hundía, llamado MAS-IPSP, para que los masistas se subieran al barco donde se sienten cómodos y pueden copular libremente. Las encuestas no fallaron: todas se acercaron a lo estimado con un margen de error de 2 o 3%, pero eso no sucedió con el binomio Lara–Paz. ¿No les parece raro?

Todo el mundo sabe que ese padrón electoral está totalmente viciado. Ni los propios partidos políticos se interesaron en sanearlo, de modo que nuevamente fuimos engañados. Además, en ninguna parte del mundo alguien que estaba en el cuarto o quinto lugar de las preferencias aparece, faltando días, en primer lugar y como ganador. A otro lado con ese cuento. El régimen dictatorial que gobierna Bolivia, con intención de prolongar su poder más allá de una vida, encontró en el PDC el espacio para poseer, como una entidad maligna, un cuerpo político que incluso está en disputa entre los verdaderos fundadores de ese movimiento, que se hace llamar cristiano. Lo que realmente necesita el PDC es un exorcismo para expulsar al demonio que se ha apoderado de su cuerpo. El domingo se terminó de sepultar al MAS, pero el socialismo sigue más vivo que nunca en el PDC. El demonio no estaba muerto, andaba de parranda, confundiendo a medio mundo: periodistas, analistas y candidatos.

Cuando se recurre a modos extraordinarios para conservar el poder —como comprar, cooptar y corromper—, después de una migración masiva del voto masista a las filas del PDC, incluso en territorios donde antes era poderoso (La Paz, Oruro, Potosí, Sucre y Cochabamba), y se cambia la lista de diputados y senadores a gusto y conveniencia, resulta muy raro y dudoso. El PDC solo presentó casi la mitad de sus listas de candidatos, lo cual muestra la mente calculada y estratégica de los asesores del régimen, cuyas acciones tendrán peores efectos. En cuanto al señor Lara, es un hombre sediento de venganza contra la institución policial. Todo lo que tenía que hacer era decir lo que todo el mundo sabía —si es que lo sabía— y el pueblo habría recibido de inmediato los beneficios de la denuncia contra la corrupción policial. No fue así. Más bien, parece un show montado para salir a la palestra pública y sacar rédito político, muy bien calculado.

Rodrigo Paz responde con evasivas, demostrando que no le importa cumplir y hacer cumplir los mandamientos de aprehensión contra el exmandatario. Las acusaciones exigen pruebas reales y circunstancias que demuestren su veracidad, y todas ellas existen en contra del exmandatario. Le hacen preguntas incómodas, como el problema del narcotráfico, y sus respuestas siguen siendo muy simplistas. Como dice en su soberbia el capitán Lara, él es la garantía: si Rodrigo Paz se desvía, puede ordenar su aprehensión. Como paladín de la lucha contra la corrupción, más parece un grotesco ejemplo de que el populismo, la demagogia y el oportunismo ganaron las elecciones del 17 de agosto. Espero que estas afirmaciones sirvan de garantía suficiente para el público. Además, no hay que olvidar que obligar a un partido a inscribir a un familiar en la lista de candidatos se llama nepotismo y es una forma de corrupción, como sucedió con la esposa del supuesto paladín de la lucha anticorrupción en Bolivia.

Hoy tenemos un camino hacia el desastre, paralelo al progreso del miedo, con la sustitución del miedo por el odio. Los partidos que pugnan por la segunda vuelta se han convertido en facciones peligrosas. Los candidatos Quiroga y Paz deben aceptar la responsabilidad de gobernar bien, independientemente de quién gane esta guerra sucia como la sucia política que gobierna el país. Debemos juzgar por los efectos y no por las intenciones. Señor Lara, no hay que dejarse llevar por la alabanza del pueblo, que puede ser engañosa. La soberbia es el pecado capital en política y no se debe levantar el nombre de Dios en vano. Señor Quiroga, debe replantear su campaña, ser más empático y cercano a los problemas de la gente, sin caer en el populismo ni la demagogia, y sin escuchar el oportunismo de su entorno. Como siempre, Bolivia, no aprendes de tus errores y terminarás intoxicándote de decepciones.

Jhonny Vargas - Politólogo | Politólogo